El Tigre del Congrés es el nuevo disco del polifacético Carlos Ann. En esta ocasión da un salto de gigante para pisar bien fuerte en tierras Mexicanas y grabar junto a un monstruo de la música latinoamericana como Juan Carlos Allende. No se hace extraño ver bien rodeado a Carlos, ya que hace unos años, cuando sus trabajos presentaban una temática más electrónica, pudo contar con Howie. B., al mismo tiempo que este rechazaba a Madonna. Ahora ha dejado momentáneamente aparcada su devoción por la electrónica para abrazarse a su pasión por la cultura Latinoamericana.
El titulo de su último trabajo proviene de su infancia. Este barcelonés se crió en el pequeño y céntrico barrio del Congrés donde era apodado Tigre, de ahí el titulo.
La música de Carlos es cambiante, profunda, y carece de cualquier tipo de complejo, al igual que su persona. Junto a él pudimos disfrutar de una soleada tarde en el centro de Madrid, la misma tarde que se publicaba El Tigre del Congrés. En el ático de un vanguardista hotel de la Gran Vía madrileña tuvo lugar nuestra entrevista-conversación en la que, el catalán, nos desvela algunos de los secretos que esconde este álbum.
La historia de Tigres del Congrés parte de una idea que te surgió durante un concierto de Chavela Vargas, en el que cuentan que asaltaste el escenario.
Si, las canciones ya estaban compuestas, desde 2007 creo, y María (Santa N) me compró una entrada para el concierto de Chavela en Barcelona. Estábamos en segunda fila y el show era increíble, Chavela Vargas es… No sé si habéis tenido la oportunidad de verla en directo, pero es increíble. Es una mujer de noventa y pico años, muy chiquitita, que cuando se pone delante del micro crece como un metro, es algo exagerado.
La gente estaba llorando, lloraban porque los guitarristas lloraban, y el público estaba llorando de verdad. Había muchos lloros, María lloraba, yo lloraba. En un momento de emoción subí al escenario como un Hooligan, nadie me paró. (Hace como si apartara gente) “Perdone Chavelita”. Me fui directamente al guitarrista y le dije “Tú y yo tenemos que trabajar”. Es cierto que se asustó, estaba en medio de un concierto. Me cogió del brazo y me dijo “¡No te vas de mi lado loco!”. En ese momento me vi encima del escenario, toda la gente mirando y pensé “¡Suéltame!”. Me dijo que le esperara que vendría a buscarme después del show. Ya hablamos, quedamos en México, le enseñé las canciones, y de México al estudio. Esa es la raíz del disco.
El disco ha sido grabado en un estudio que es completamente analógico. Has podido grabarlo como se grababan los discos clásicos de la música mexicana.
Analógico antiquísimo. Porque no se han dejado de fabricar equipos analógicos, pero se trata de un estudio antiquísimo. Hemos grabado un disco tal y como se hacían los discos en los años cuarenta, cincuenta. Con ingenieros de setenta años que van uniformados con batas azules. Algo rarísimo. Y en México, que allí te permiten hacer cosas que aquí no están admitidas.
Más allá de la forma de grabar el disco, el hecho de recoger las tomas en México, se ve reflejado de alguna manera a la hora de trasmitir sensaciones, en tu forma de interpretar las canciones…
Claro, las personas dejamos huella donde vamos. Nosotros aunque ahora nos vamos a ir, vamos a dejar huella aquí. Entre las paredes del estudio han grabado todos los mitos de la canción latinoamericana, si tienes un mínimo de sensibilidad eso lo notas, estas cantando o tocando cualquier cosa y se está impregnando todo de la magia que tiene ese lugar. Ese disco en España hubiera sido muy diferente.
En que momento te das cuenta que el concierto que veías de Chavela y las letras que tenías preparadas pensando en, previsiblemente, otro disco o quizás un libro de poemas, podían suponer el nacimiento de “El tigre del Congrés”.
Cuando yo escuchaba a Juan Carlos Allende en discos de Chavela, siempre pensaba en él y en esas canciones que había grabado. La mitad de este disco si no hubiera sido así, no hubiera salido de otra manera.
El disco es aparentemente sencillo y creo que esconde una gran complejidad.
Así es, es el disco que más me ha costado hacer, es el disco más complejo que he grabado. Parece que todo esta hecho con dos guitarras y voz, que todo es muy simple, pero no es así.
Hay mucha diferencia entre tu anterior, “Bala Pérdida” trabajo y El Tigre del Congrés. Hay un gran salto.
Si cada disco es diferente, siempre voy cambiando. Si siempre hiciera el mismo sería muy aburrido. ¿Sabes lo que pasa? Acabas un disco y hay gente que se suma al disco y otra gente que dice esto no me gusta y se va, y gente que se suma a este se irá en el próximo. Es contracultural, lo sé, pero me da igual. Hago lo que quiero.
Entendemos que no eres un artista inmovilista, crees en el arte en movimiento por tanto.
Totalmente. Yo es que además creo en el concepto de presente, pasado y futuro. Estoy en los tres lados a la vez, también creo en la teoría de cuerdas, en la física cuántica. Creo totalmente en estas historias. Ahora estoy aquí, pero probablemente también estoy en otro lado.
Me parece que es muy visceral, la interpretación de las canciones, las voces, además son temas muy internos el abandono, la muerte, el dolor, es muy real, ¿Cómo te inspiras?
Os voy a contar como salieron siete de las canciones de este disco. No siempre, pero las canciones cuando las compongo tardo relativamente poco. Siete de estas nacieron en un espacio de dos horas. Estaba con la guitarra y de golpe me viene toda la canción, la música, la letra y la voz, todo viene de un tirón. Cuando acaba me vienen unos dolores horribles. Me tengo que retorcer por el suelo con unos estados de ansiedad brutales. Cuando me puedo levantar del dolor, vuelvo a coger la guitarra y me viene otra canción, y otra canción, y otra canción. Cuando acabas esto estás fatal, lo pasas fatal.
¿Con qué conectas? Parece que fueran canciones dictadas, como si fuéramos un poco medium. Estás conectado y te viene la canción.
En una suerte de escritura automática, cómo hacia David Bowie o al igual que muchos literatos.
Yo creo que va por ahí. Lo que pasa es que los derechos de autor no los comparto.
¿Las canciones que escuchamos en el disco son tal cual las compusiste, están sin cambiar una coma?
Si, incluso si escuchas el disco hay una cierta gramaticalidad cantando, hay cosas que no. Pero es porque yo no repito la toma. Las hago de una tirada de principio a fin, y si hay alguna cosa que ha quedado distinta yo la mantengo.
¿Podrías decirnos cuales son esas siete canciones?
Que me acuerde ahora mismo…. El tiempo pasó solito, Calle matanzas, Atrapando recuerdos, Y no queda nada, Llora, Una noche sin fin.
¿Cuantas canciones tenias escritas?, o ¿cuantas canciones has desechado? ¿Cómo es la selección? Tenía muchas canciones escritas, componer…siempre compongo mucho. Pero las canciones que entran o no, lo deciden ellas mismas. Hay canciones que no paran de chingar “Quiero estar ahí quiero estar ahí” vuelves a tocarla, vuelves a tocarla, esta es la que entra. Otras más tímidas o que no tienen mucha vida se queda en un cajón.
Desde que entras al estudio hasta que tienes al fin el disco en la mano …¿Cómo ha sido todo el proceso?
La conexión con Juan Carlos Allende fue instantánea, directa. Telepatía pura, es otro lenguaje. Al pasarle las canciones él realizó los arreglos. Una cosa es grabarlo, cuestión a la que dedicamos un mes, pero otra cosa es mezclarlo. He tardado cuatro meses en mezclarlo. No sabía. Sé mezclar discos de rock, de pop, de electrónica, pero esto no sabía. Lo más senillo del mundo eh, lo ponías y sonaba, pero no salía. Pasé unas crisis horribles. Un día salió una canción, y de golpe todas seguidas.
¿Satisfecho con el resultado? ¿Es tu mejor disco?
Completamente satisfecho, me encanta este disco. A mi me gusta pensar que es el mejor, que voy a mejor. Pero sé que hay personas que conectan mejor con otro disco, con otra etapa, pero yo estoy en esta.
Empiezas ya la gira, pero aún no tienes fechas confirmadas para España, ¿Qué sucede aquí?
Será una gira de teatros. En México presento en El Lunario que es un auditorio, en Colombia voy a un teatro y a un festival. En Guatemala haremos salas y teatros, en Argentina lo presentaremos en salas y en EEUU, creo que también son salas.
Espero tocar en España, pero es que en España es complicado hacer las cosas, hay más obstáculos de los que te ponen fuera.
Con este disco se tendrían que volver locos para que me llamaran y me cedieran tal teatro o tal auditorio, pero no, tienes que ir detrás y soltar una pasta increíble para todo. Y en cambio me van detrás en Nueva York, o en Los Ángeles, entonces… ¿Qué pasa aquí?. No hay industria, se apoyan a grupos muy jóvenes por aquello de la novedad, pero al tercer disco se les da de lado, ya no son novedad.
¿Qué cosas ves en el panorama que te gusten?
Corcobado, el último disco es de puta madre.
Llega el momento de dar por terminada la entrevista, pero continuamos charlando a cerca de la situación de las instituciones que representan la música en España, a cerca de la infraestructura, pero eso ya forma parte del Off the Record y nos lo guardaremos para nosotros.
Una vez abajo, abandonamos a Gloria (encarga de la promoción de Carlos). Nos sumergimos en las calles de Madrid para caminar junto a Carlos, quien se dirige a descansar tras una jornada de promoción, tan aburrida como agotadora. Durante el paseo nos anuncia que pasará por la feria del libro de Sevilla para realizar las presentaciones de su primer libro de poemas. Una vez ya en la calle del miedo, la que en otra época fue Montera, rodeados de prostitutas y proxenetas, nos despedimos entre abrazos, no sin antes citarnos para un concierto que tendría lugar al día siguiente.
Tras conocer personalmente a Carlos y poder intercambiar opiniones con él, nos queda claro que es un tipo único en su especie.
Por Iván González y Javier González
Fotos Iván González
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