Treinta años al pie del cañón, mil y un conciertos míticos, cientos de “Sold Out” a sus espaldas, punto de referencia en las madrugadas de cualquier fin de semana. Sin duda, nos referimos a una de las grandes instituciones de la noche madrileña. Nos referimos a “El Sol”. Finiquitada “la Movida”, cerrado el “Rock-Ola”, quizás “El Sol” represente, junto a la “Vía Láctea”, “El Nueva Visión” y “El Penta”, uno de esos últimos reductos de aquel Madrid mítico. Uno de esos sitios en que a día de hoy perdura y se respira la esencia de la buena música.
Entiendan los posibles ofendidos con esta “intro” que aquí nos referimos a sitios con solera. Habrá más, menos, alguno cambiará los nombres de los arriba citados, es igual, de entre todos ellos, hoy debemos destacar “El Sol”.
Un hecho trae a colación este breve ensayo,”El Sol” ha decidido dar un paso más, arriesgar con una propuesta en el que el gran beneficiado es el espectador. Dicha propuesta tiene por nombre “Los Martes al Sol”
“Los Martes al Sol”, serán días en los que la emblemática sala, limitará su aforo a 130 personas. Alrededor de un tercio del local se llenará de asientos, con la finalidad de acercar su estética al ambiente de los grandes clubs de Jazz. En ellos el espectador tendrá la oportunidad de sentarse y tomar unas copas, mientras disfruta desde su localidad de unas noches en las que por el madrileño escenario pasaran grupos de cierta talla del panorama nacional.
Los encargados de abrir esta nueva propuesta fueron Abraham Boba que sigue presentando su aclamado, "La Educación" y Nacho Vegas, quién se presentaba en la capital con su nuevo E.P., "El Genero Bobo".
Empezó la actuación el vigués David Cobas, que bajo el seudónimo de Abraham Boba presentaba su nuevo trabajo en la madrileña sala. Respaldado por un violín, viola y su piano, dio un repaso a su último álbum, con temas como el que da titulo al mismo o “Rita y la Guerra”. Contó con la colaboración de Nacho Vegas en canciones como "Hagamos algo antes de morir". Lo suyo fue un concierto intenso en el que el público no perdía detalle de la evolución del músico en escena.
Personalmente, no me convence este artista, quizás no sea sencillo entrar en su universo, tal vez su música requiera de muchas escuchas. No nos engañemos no se las he prestado. A día de hoy no me convence, ni su estética, ni sus canciones, ni las historias que canta en ellas. Demasiado densas, demasiado pretenciosas. En definitiva, no me creo su personaje, supongo que habrá que seguir dando oportunidad a sus canciones para ver si acabo pasando por el aro.
Como comentaba Nacho subió para no abandonar el escenario. Hizo un repaso a parte de lo más granado de su repertorio, no faltaron "Maldición", "El Hombre que casi Conoció a Michi Panero", "Gang Bang" o su versión de Townes Van Zandt "Que te vaya bien Miss Carrusel", con la que dio por finalizado el primero de sus dos conciertos.
Un set corto, que no brillo como en anteriores ocasiones. Lo cierto es que Nacho es un gran letrista, sus canciones desprenden una gran intensidad en el directo, pero alejado del formato de banda, siendo únicamente secundado, en la mayor parte de los temas, por una guitarra acústica y un piano, quedan al descubierto sus mayores defectos. Su voz queda demasiado expuesta y para desgracia del asturiano, ese es su talón de Aquiles, quizás no sea esto lo más importante, sino que se lo digan a un tal Bob Dylan. Este señor tampoco andaba sobra de registro vocal y creo que a todos nos suena su buen nombre. En definitiva, de esta manera se cerraba una cita con más luces que sombras.
En menos de veinticuatro horas desde nuestra salida, regresábamos otra vez al lugar del crimen. Allí estábamos la segunda noche en una especie de “deja vú”. Misma sala, mismo cartel, distintas personas, pero la misma expectación. Lo cierto es que todo fue demasiado parecido al día precedente. No esperábamos grandes cambios, aun así nos pilló de sorpresa el hecho de que todo, exceptuando la no inclusión de “Gang Bang” en el set list, fuese calcado al primer concierto. Mismas canciones, misma puesta en escena y…hasta la misma ropa. En el caso de Vegas se esperaba una mínima variación en su selección de temas. Tiene canciones para ello, sin embargo, el show fue casi casi calcado al del día anterior. El público pareció encantado en todo momento, pero personalmente volví a salir con la sensación de haber visto a un grande a “medio gas”. Tanto en la elección de temas, como en presencia escénica. Sobre todo tras haberle visto hace unos meses en la capital apoyado por su banda. En fin volverá Nacho y allí estaremos para verle. No en vano hay que reconocer que se ha convertido en uno de los grandes.
En otro orden de valoraciones, simplemente diremos que es un placer que El Sol de la oportunidad al público de poder ver actuaciones de grandes del panorama nacional reduciendo el aforo de su Sala. El mes que viene estará en directo Cooper, el mítico Alejando Diez. Vayan comprando sus entradas, otro “Sold Out” está garantizado.
Texto: Javier González
Fotos: Jorge Bravo Crespo
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