13 de diciembre de 2009, Sala Ramdall, MADRID
Por segundo año consecutivo, Madrid ha tenido la suerte de ser la ciudad española donde ha recalado este festival benéfico a favor de la enfermedad de Parkinson, (donde se destina el 100% de los beneficios a la fundación Light of Day (USA) y a la Federación Española de Parkinson). En el cartel repetían prácticamente los mismos artistas que el año pasado, como el caso de Marah (Dave Bielanko y Christine Smith), Joe D´urso, Jesse Malin, Willie Nile y el grupo madrileño Los Madison, haciendo también labores de acompañamiento a los artistas internacionales, la banda española está a punto de editar su segundo disco “Vendaval”. Las nuevas incorporaciones correspondieron al australiano afincado desde hace un tiempo en Madrid, Aaron Thomas y a Rick Die.
Después de trece intensos días sin descanso actuando por diferentes ciudades europeas, Madrid era la última parada antes de tomar rumbo hacia los States y celebrar allí el décimo aniversario de la fundación, donde cabe destacar que en todos estos años, numerosos artistas, muchos de ellos grandes nombres del panorama rock mundial han dado su apoyo, la lista es larga, desde el mismísimo Bruce Springsteen, hasta Elvis Costello o Lucinda Williams.
Esta vez tocaba desplazarse a la fría y aséptica sala Randall, y puntualísimos, a la hora indicada hacía acto de presencia un músico que ni siquiera estaba anunciado en el cartel, Rick Die, comenzó con su folk-rock a desperezar a un público todavía un tanto helado debido a las bajas temperaturas que tuvimos que soportar ese día.
La sala todavía no llegaba a mostrar ni media entrada, pero la gente iba llegando poco a poco hasta ofrecer a mitad de la noche un ambiente cálido. Prácticamente parecía que estábamos el mismo número que el año pasado. Fieles seguidores de ésta enfermedad llamada Rock and Roll, y aunque algunos vaticinen que éste está enfermo, moribundo o incluso muerto, la verdad, es que la capacidad de regeneración o de reencarnación se vislumbra con tan sólo ver, por ejemplo, la fuerza y pasión con la que Los Madison se dejan la piel en el escenario. Esta banda está pidiendo a gritos un hueco entre los más grandes, y es que sus variadas influencias, desde el rock americano de Petty o Springsteen a referencias nacionales como Secretos o Antonio Vega y su propia personalidad hacen que cada paso que dan, se reafirmen como uno de los mayores valores a tener en cuenta. Un diez para los de Txetxu Altube, que dejaron constancia de la fuerza de las canciones de su último disco “Vendaval”.
Seguidamente Aaron Thomas, ataviado con su guitarra acústica, presentó canciones de su reciente último disco “Made of Wood”, además de repasar el anterior “Follow the Elephants”, dejando muy buen sabor de boca. El australiano afincado en Madrid, se daba a conocer a un público más rockero que lo que normalmente está acostumbrado. Ese mismo público estaba esperando a Jesse Malin, que nuevamente, con su sola presencia en el escenario, su nervio y energía, hace contagiar a toda la sala y que todas las miradas vayan a parar a él. Repasó sus discos en solitario –no faltó, Broken Radio– para deleite de todos los fans de Springsteen que se congregaban allí. Hizo un medley con canciones de su disco de covers “On your sleeve”, volvió a sentar al suelo al respetable y más tarde atacó ya con todos los demás el clásico de los Ramones “Hey ho, Lets go”. Todo muy previsible pero no por ello falto de intensidad y de calidad.
A continuación Marah, –una de la actuaciones más esperadas de la noche–, con un Dave Bielanko que nos recordaba que las navidades las tenemos ya a la vuelta de la esquina, portando su clásico gorrito cubriéndole la cabeza al estilo Santa Claus. Christine Smith a los teclados y con ayuda de percusiones, empezaron con la fuerza y pasión que les caracteriza. Todo bien, hasta el tercer tema en el que dio por concluido con un “goodbye” y salida del escenario con cara de pocos amigos. Al parecer, no estaba contento con los técnicos de sonido de la sala que dejaron sin voz a su teclista Smith. Una pena no poder haber disfrutado de un show completo de una de las formaciones que más alegrías nos han dado en estos últimos años. Esperemos que se solucionen todos sus problemas y que pronto podamos ver de nuevo juntos a hermanos Bielanko juntos sobre un escenario.
El turno era ahora para Joe D’urso que para empezar fuerte atacó con una versión de “Badlands”, después de quedarnos un tanto perplejos ante la espantada de Marah. El bueno de Joe supo caldear el ambiente con un sonido típicamente neoyorquino. El y Willie Nile dieron una lección de actitud sobre el escenario. Nile que sigue cosechando éxitos y alabanzas con su último largo “House of a thousand guitars”, se llevó el triunfo de la noche sin desmerecer a todos los demás. Repasó sus discos anteriores y supo llevar a la audiencia al delirio, que continúo ya con todos en el escenario y a forma de fin de fiesta con una electrizante versión del “Rockin’ in the free World” y un “Santa Claus is Coming to Town” cantado por Txetxu Altube de Los Madison, despidiendo definitivamente.
En definitiva, buena noche de Rock and Roll que sirve para continuar apoyando el estudio sobre una enfermedad como es el Parkinson, al que a su representante en España, se le dio la mayor ovación y aplausos de la noche.
Texto y fotos: Alberto Vicente
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