Entrevista Tokyo Sex Destruction

Enfilo la calle Arenal con cierto retraso sobre la hora prevista, hace diez minutos que debería haber llegado. No hay problema, aún estamos a tiempo de llegar a nuestra entrevista a la hora exacta. Suerte que la cita es la vuelta de la esquina, nunca mejor dicho. Subimos a la oficina de la agencia de management que lleva a los protagonistas de nuestro encuentro. Situada en un antiguo edificio de la calle Bordadores. Llamamos al timbre y nos abren la puerta. Intercambio de saludos y breve espera, hasta que los chicos de Tokyo Sex Destruction se muestran preparados. Ellos son el motivo por el que nos hemos acercado a Madrid, en esta anárquica mañana. Venimos a hablar con ellos de su trayectoria, de su personalidad como grupo, de la evolución de su sonido y, como no, de este maravillo disco de aroma soul que es “The Neighbourhood”. Sentados en un sofá, ante nosotros aparecen RJ Sinclair y JM Sinclair, cantante y batería de la banda, respectivamente. Se muestran afables, tranquilos, comunicativos. A priori parecen dos personas cercanas. Sin más dilación, comienza una relajada conversación.

Hemos seguido vuestra trayectoria desde hace algunos años, pensamos que en vuestro actual sonido hay una evolución. ¿Qué diferencias pensáis vosotros que podemos encontrar entre vuestro primer disco "Le Red Soul Comunnitee" y "The Neighbourhood"? ¿Cuál era la pretensión del grupo en aquellos “lejanos” comienzos”?
Hemos aprendido a tocar un poco mejor (risas). El primer disco lo grabamos en un fin de semana; era soltar lo que teníamos dentro en aquel momento, sin pensar. Fue básicamente en el segundo concierto que hicimos cuando B- Core contactó con nosotros porque nos quería editar. Nosotros no teníamos pensado sacar ningún disco, simplemente queríamos salir de nuestro pueblo de Vilanova. Para el grupo el hecho de tocar en Barcelona ya fue muy importante.

¿Cuál es la principal diferencia que veis entre este trabajo y los anteriores?
En discos anteriores nunca hemos tenido tiempo de rodar las canciones nuevas. Ha sido acabar de girar y entrar en estudio, con esas canciones sin rodar. En este último ha habido un plazo de tres años; hemos hecho las canciones nuevas anteriormente. Se han podido rodar en directo, hemos visto cómo funcionaban. Se han asentado un poco mejor en este disco. Desde el primer disco hasta este último hemos acumulado más experiencia, y girar tanto te hace tener otros puntos de vista que quizás antes no tenías, conoces bandas que te van influenciando. Todo eso lo vas añadiendo, es un cúmulo de experiencias desde el principio hasta ahora.

Exactamente, ¿Cómo ha sido el proceso de creación y grabación del disco?
Desde que en 2006 editamos el último disco, decidimos dar un parón a la hora de editar porque hemos estado girando durante todo este tiempo. Si había una canción, como estábamos de gira, la probábamos e íbamos añadiendo poco a poco. Después, comenzamos a grabar las canciones que nos parecían que estaban más trabajadas y que creíamos que podían servir para un disco. Nosotros mismos grabamos las demos para escucharlas y mejorarlas a la hora de entrar en el estudio, era un trabajo previo. Teníamos muchos temas que ya estaban terminados, pero cuando vino Gregg con sus ideas hicimos algunos cambios directamente en el estudio, aunque no los habíamos ensayado.

Por cierto hablando de Gregg, ¿De dónde surgió la idea de que él se hiciera cargo no sólo del teclado de las canciones de vuestro álbum, sino que también fuera vuestro productor?
Bueno, se encarga del teclado y más cosas, pero fue el quién decidió que quería tocar en el disco (risas). De productor teníamos idea ya, desde que editamos el último disco hasta día de hoy. Queríamos hacer algo diferente a lo que habíamos hecho antes, y la figura del productor nunca la habíamos tenido presente en los discos. Tampoco habíamos tenido tiempo para poder trabajar con un productor, siempre hemos estado editando y girando; y esta vez dijimos: “Vamos a probar”. Queríamos que la figura del productor nos diera un punto de vista diferente fuera de los miembros de la banda, que nos dijera que lo podíamos hacer así, o de otra manera. Gregg Foreman, aunque ha producido algunas cosas, es músico. Pensamos que era mejor traer a un músico que a un productor.

¿Cómo entrasteis en contacto con él?
Fue muy sencillo. Le escribimos un e- mail y enseguida contestó: “¡me vengo!” Sus ideas eran muy afines a las nuestras en cuanto a música. Buscamos a alguien que supiera cómo trabajamos y más o menos por dónde queríamos ir. Es curioso, porque él es DJ también; nos conocía desde el primer disco, porque los discos antes se habían publicado allá.

¿Vosotros sabíais que él era seguidor vuestro?
No, le escribimos explicándole quiénes éramos y lo que queríamos, y él nos dijo: “No, si ya os conozco”. Te das cuenta de que aquí siempre hacemos muy grandes las figuras de Estados Unidos, gente que allí son pequeños grupos. No hay tanta diferencia.

Volviendo otra vez al disco en si. El título de este álbum es ¨The Neighbourhood”, “El Barrio”. ¿Por qué un título tan reivindicativo, tan personal?
Después del parón que habíamos tenido, queríamos empezar de nuevo y volver a los orígenes. Más que “un barrio”, es cómo nos sentimos nosotros: chicos de barrio, chicos de pueblo que acaban de empezar, buscando un poco la música soul. Empezamos otra vez desde nuestro barrio particular.

Después de haber vuelto a repasar vuestra discografía, da la impresión de que habéis dejado un poco atrás un sonido más contundente, más garagero y estáis en una onda más soul. Sin perder esa fuerza, el sonido se ha movido hacia la música negra.
Cuando estábamos discutiendo sobre cómo trabajar cada tema, Gregg nos dijo cómo lo enfocaría y nos pasó pistas de discos en los que sólo sonaba bajo y batería. Nos dijo que tenía que sonar así y tenía razón, Cuando el bajo y la batería funcionan, sólo queda ir añadiendo cosas. También buscamos un disco no comercial, pero sí que la gente lo pudiera escuchar. Ahora sabemos lo que queremos y cómo lo podemos hacer. Tenemos limitaciones, pero lo vamos haciendo poco a poco y nos lo planteamos de otra manera. Para Gregg también ha sido un proyecto muy personal, y eso ha aportado bastante. Creo que también ha ganado mucho en la masterización…En líneas generales en este disco prevalece la canción, da igual dónde o cómo esté grabado.

¿De dónde os viene el gusto por la música soul?
Las influencias nos vienen de la música de los 60; desde garage hasta psicodelia, música soul, blues… Hay algunos estilos de música que pueden gustar más o menos, pero no conozco a nadie que no le guste la música negra. Todo el mundo conoce a Michael Jackson. La base de la música negra es sobre todo bajo y batería, y si ya funciona…va solo.

El disco particularmente es una joya, pero por encima de todas las canciones me ha llamado la atención “Cold Sweat”. Su comienzo parece vuestro particular homenaje a “Swat, Los hombres de Harrelson”.
Hicimos la adaptación para hacerla nuestra, pero sí que está claro. Yo no tenía pensado para nada en eso, tenía una idea en la cabeza. Si lo miras, al final el nuestro se desvía un poco hacia otro lado (risas). También es un poco el sonido Philadephia que queríamos introducir en el disco.

Otra novedad de este nuevo disco ha sido la incorporación de R.M Sinclair al bajo, ya que aún no había participado en ninguna grabación.
Todos nosotros somos del mismo pueblo, y aunque él no estaba en el grupo siempre ha formado parte de él. Desde el principio, siempre que ha fallado alguien ha tocado con nosotros. Somos todos de un pueblo muy pequeño, hemos ido al mismo instituto y hemos crecido escuchando la misma música. En el momento en que formamos “Tokyo Sex Destruction” él estaba en otros grupos, pero cuando podía venía a echarnos una mano. De hecho, creo que lleva más tiempo como miembro de la banda que el bajista original. El antiguo bajista nos dejó en el 2005, y a él pudimos rescatarlo cuando quedó libre, desde finales del 2005 hasta ahora.

El disco suena descaradamente bien, con grandes arreglos. ¿Cómo traspasáis eso al terreno del directo? Ahora tendréis que llevar más gente, ¿no?
En escena somos seis; llevamos a un saxofonista, un chico que toca las percusiones, y un teclado. Si antes éramos un caos en directo, ¡imagínate ahora! (risas)

Por cierto, en este disco vuestras canciones van acompañadas de un texto del escritor Servando Rocha…no es el primer manifiesto que se incluye en vuestros trabajos, pero creo que si es el primero suyo que aparece.
Esto fue un poco como lo de Gregg Foreman. A Servando lo conozco desde el primer disco que editamos. El escribía para “La Felguera”, una revista de Tenerife. Al principio nos pidió una entrevista y nos envió un ejemplar. Compartimos influencias e ideas, y a partir de ahí nos hemos puesto en contacto. Este disco queríamos hacerlo diferente y queríamos que colaborase mucha más gente de fuera. Le escribí y él aceptó encantado. Creo que el texto refleja no cada letra del disco, pero sí el conjunto de las ideas que compartimos.

Ya llevamos un rato bastante grande hablando de vuestro último trabajo. Decidme, ¿qué queréis conseguir con "The Neighbourhood"?
Queremos disfrutar el disco, ver que hay un valor. Nosotros tenemos el mejor producto que podemos y lo entregamos, ya cada uno que lo coja como pueda. Que les guste o no…ya no depende de nosotros.

Si os parece, ahora dejaremos de lado el disco. Y entraremos en nuestra habitual sesión de curiosidades. Hace poco afirmasteis en una entrevista que continuáis con la misma rabia y las mismas ganas con las que empezasteis. ¿Por qué rabia?
La misma rabia como el concepto de entrega en el escenario, no como algo negativo. De hecho, aunque han pasado cuatro años, es como volver a empezar.

Sabemos de vuestro gusto por el grupo MC5, pero ¿Por qué fue tan importante la influencia de Jonh Sinclair, el manager de MC5, para que os decidierais a "apellidaros" como él?
Cuando empezamos con la banda, leíamos bastantes cosas sobre la contra-cultura americana. Es un personaje que nos llamó la atención. Además, hemos crecido escuchando la música de MC5 y una cosa llevó a la otra. Es como hacer un pequeño homenaje formando una familia “Sinclair”.

Sois una de esas bandas con caso paradigmático. Durante vuestras giras habéis viajado no sólo por España, sino también por Europa y Estados Unidos, donde casi tenéis más reconocimiento que aquí en nuestras fronteras. ¿Es un elemento importante para vosotros el poder realizar estos viajes recorriendo distintos países y conociendo gente?
Bueno, por España viajamos poco (risas). Nosotros no hemos buscado girar fuera más que aquí, pero por unas circunstancias o por otras se nos ha hecho más fácil tocar fuera.

¿Podríais contarnos alguna diferencia entre el público español y el extranjero?
Cada uno tiene sus cosas. Por ejemplo, en Alemania del este la gente es mucho más fría, quizás están disfrutando, pero no lo demuestran como podrían hacerlo aquí. En España la gente tiene una sangre más latina y hay más movimiento. De hecho, también hemos tenido suerte por la situación geográfica, porque en dos horas estamos en Francia. Antes de editar el primer disco habíamos hecho ya una gira por el sur de Francia.
Ahora con Internet es mucho más fácil, puedes salir por cualquier sitio. Puedes contactar con gente. Hay muchos grupos que no han salido de aquí porque las condiciones que les ofrecían en Francia eran patéticas. Cuesta mucho ese primer arranque. La primera vez que tocas vienen pocas personas, la siguiente quizás alguna más, y así. Es el boca a boca.

A la hora de transmitir vuestro mensaje, ¿no os dificulta el hecho de cantar en inglés en España?
No, yo creo que a la gente de hoy en día le da igual. El inglés ahora es básico, hay grupos que están triunfando y la gente canta en inglés. Aquí si no se canta en castellano, parece que no se entiende. A veces nos preguntan que por qué no cantamos en catalán, así que nosotros tenemos el doble de problema (risas). Nosotros básicamente cantamos en inglés porque hemos crecido escuchando música en inglés, nuestras influencias son inglesas y no tenemos prácticamente nada de cultura para cantar en castellano.
Las influencias españolas para nuestra música serían de los 60. Hicimos una versión de `Los Canarios´, aunque ellos cantan también en inglés, al igual que `Los Iberos´. Otro ejemplo es el ´Black is Black´… siguen poniéndolo en las fiestas sesenteras, en las fiestas mod. Es todo un himno.
Aquí quizás el tema de ´la movida` ha influenciado más, pero nosotros, al ser de un pueblo pequeño de Barcelona, hemos escuchado lo que escuchaban hermanos mayores o amigos mayores, quieres ser como ese grupo que escuchas. Nosotros hemos crecido musicalmente en los 90, y en esa época nos llega toda la música de América. Casi todos los grupos cantaban en inglés, salvo “Los Planetas”, por ejemplo. Ahora comienza a resurgir el castellano.
Tenemos amigos que cantaban en inglés y no tenían una gran repercusión en España; sin embargo, al cambiar al castellano se han dado a conocer más. ´Héroes del silencio´ arrasaron en Alemania, cantando en castellano. Todo depende. Nosotros no buscamos hacernos famosos…

Por cierto y para terminar. La última curiosidad, ¿Qué acogida está teniendo el disco en el mercado?
¡No tenemos ni idea! (risas). Por crónicas y críticas que hemos leído parece que muy bien. Algunos que quizás antes habían hecho una mala crítica, ahora piensan que en este disco hemos cambiado un poco, o al revés.



Apagamos nuestra grabadora, acto seguido nos levantamos y nos despedimos de todo el mundo, no sin antes darles las gracias por su paciencia y amabilidad. Volvemos a las calles del centro, con la satisfacción del trabajo bien hecho. Caminamos cinco minutos antes de entrar en el coche. Hay ganas de escuchar, de nuevo, el último trabajo de Tokyo Sex Destruction durante el camino de vuelta. Una vez en el vehiculo, comienza la sucesión de canciones. A medida que avanza el disco, la música logra transportarme a otro lugar, quizás a otra época. Soul enérgico, música negra de calidad, algo de lo que este país carece...“por qué cojones esto no suena en la radio convencional”. En fin…

Por: Luis Javier González y Paula Rodríguez.