Hace algunos meses por motivos profesionales tuve la desgracia de perderme la visita de Straitjackets a nuestro país. Otro concierto a la misma hora impidió que pudiera acercarme a ver su potente directo, en esa ocasión acompañados por el gran Big Sandy. Quizás por esa pequeña espina clavada, ha sido una sorpresa el ver que esta semana llegaba a mis manos el disco en solitario de su guitarrista Daddy O- Grande.
Bajo el título Mexican Chili Taco Fiesta se esconde un paseo por las entrañas del Punk, del Surf, del Western, con un claro sabor Mexicano. Una fiesta instrumental de poco más de treinta minutos a la que todo el mundo está invitado.
El disco se abre “Tamales Oaxaqueños” una canción en clave punk, cuyo título hace referencia a un plato típicamente mexicano, sin duda es el tema que más desentona con el resto del trabajo. No por ausencia de calidad, sino porque el trabajo se mueve en unos derroteros más cercanos al Surf y al Western. Un ejemplo de ello son canciones como “The Masked Surfer”, un trallazo en la mejor tradición de la música instrumental, “El Fantástico”, en la que uno no puede evitar cerrar los ojos para desear estar en otro tiempo, en otro lugar, pero siempre cerca del desierto. Tras ella llega el turno de la vacilona “Go-go Emergency”, es inevitable no dejarse arrastrar por su riff contagioso.
En este disco encontramos también tiempo para el amor de la mano de canciones cómo “Born to Love”, un claro ejemplo de que no siempre las palabras son necesarias para transmitir emociones. Tras ella, “Woundup”y la maravillosa “Izmaylovsky”, una canción alegre, saltarina, casi tanto como su compañera “La Fortuna”.
El corte número nueve es “Far Away”, en este momento me sucede algo curioso, no puedo evitar pensar en que siempre que escucho un disco alguna canción me trae otra a la memoria. En este caso al escuchar parte de sus guitarras, por instantes me viene a la memoria “Magnolia” de Loquillo y Trogloditas. Las semejanzas no son evidentes, pero no sé por qué encuentro ciertos paralelismos en parte de su sonido.
El final del disco lo ponen cuatro canciones “Vainilla Amarilla”, repleta de fuerza, “Los amos del West”, con una batería trepidante y un sonido que nos devuelve a las películas del Oeste. El penúltimo corte es “The Hells Road Truckers”, un auténtico himno de la música instrumental, lástima que haya aparecido en la década equivocada. El disco se cierra con “Liftoff”, una canción que está a la altura de sus compañeras y que da por finalizada la fiesta.
Tras treinta y tres minutos de escucha el veredicto es claro. Un disco apetecible, que dan ganas de volver a retomar. Música instrumental, que no necesita de estribillos facilones para mostrar su grandeza. Un servidor no puede dejar de mirar el calendario y anular hipotéticas citas para la segunda quincena de Enero. Del 22 al 30, tendremos a Daddy O- Grande, en diversos puntos de nuestra geografía. Espero que esta vez si pueda ver su directo.
Texto: Javier González
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*Gran Teatro Caixa Bank Príncipe Pío, Madrid. Lunes, 30 Septiembre del
2024.*
*Texto y fotografía: Fran Llorente.*
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