Herederos: Actitud, Canciones y Talento.

El aroma de las grandes noches de Rock and Roll estaba ayer presente en la céntrica calle Tres Cruces, un servidor no sabe muy bien como explicar al lector cual es ese ambiente, ni tan siquiera en que consiste y acudiendo al más puro maniqueísmo diremos que ese aroma “se tiene o no se tiene”.

Normalmente ese aroma se percibe en el mismo momento en que uno llega a la puerta del local en que se producirá el concierto y así fue en la noche de ayer.

Para disfrute de los asistentes, ese espectro en forma de gran espectáculo se apareció en el Wullitzer Ballroom, local que programaba un paseo por dos de las grandes décadas de la música contemporánea de la mano de Iñigo Coppel y Zombie Valentines.

La liturgia del Rock se desplegó ante los redactores de El Giradiscos de manera inesperada, pues tuvimos la oportunidad de vivir las horas previas al show con los protagonistas de la noche. En un ambiente de sana camaradería disfrutamos de la preparación del set list definitivo, de las risas nerviosas, las jarras de cerveza , las conversaciones trascendentales sobre mitos del rock, el paseo a camerinos, el calentamiento previo y el enésimo tercio de la tarde-noche, todo ello fue el presagio de algo que flotaba en el ambiente, nos esperaba….“una gran velada de Rock and Roll”.

Con cierto retraso sobre la hora prevista aparecía en escena uno de los grandes compositores del panorama nacional, Iñigo Coppel en está ocasión acompañado de su banda, en la que destacaba la presencia a la guitarra de Ignacio, vocalista y guitarrista de Zodiacs, quién confesó que anda ultimando detalles del lanzamiento de su próximo disco.

Comenzó el concierto con “Madrid”, rotunda, redonda, simplemente fantástica, en lo que sería el inicio de una actuación de 40 minutos que a todos los allí presentes supo a poco. No faltaron canciones de su álbum de debut “Perdón por Existir”, como, “En Silencio”, la insuperable “El tiempo lo cura todo” o “Lidia”, junto a estás canciones conocidas por todos, intercalo novedades como “Nostradamus no me jodas”, “Victoria Silvas ha posado en Playboy” y “Perdiendo el Norte”, trallazos todos ellos que se mueven en los parámetros habituales que maneja el maestro Coppel, nuestro particular “Bob Dylan de Vizcaya”. Para rematar la faena se despidieron con “Fuera de mí” una canción de los fenomenales y ya citados anteriormente Zodiacs, momento en que Iñigo hacía referencia a algo que había prometido en nuestra web “Lo hemos hecho con el espíritu de los 50”, y a fe que lo consigues maestro.

Tras unos minutos de espera obligatoria para adaptar el escenario, aparecieron en el mismo The Zombie Valentines, cuarteto asentado en Madrid, con una estética muy cuidada que anunciaba un gusto inequívoco por los años 60.

Fueron desgranando un repertorio muy compacto en el que destacan canciones como “Llueve” con la que comenzó el show, “La flor”, la fantástica “Oportunidad 232”, “El circo” o “Segunda Piel” la cual presentaron diciendo “Bueno ya es hora de que empecéis a cantar”. Tampoco faltaron versiones como la del tema de Los SalvajesMi Bigote” o del “It´s all over now…” de Bob Dylan, en la cual contaron con la inestimable colaboración de Iñigo Coppel, quién permaneció hasta el cierre de fiesta con maracas en mano para interpretar “Good news Elisabeth” tema con el que se dio por finalizado el espectáculo, sin duda Zombie Valentines supieron conquistar a un público, que en todo momento se mostró predispuesto para ver a unos más que dignos herederos de aquella magnifica generación de bandas españolas de los 60.

Una gran noche de Rock and Roll. Una de esas veladas en las que como cronista te marchas a casa con una certeza, que no es otra que saber que “la calidad de las bandas y sus repercusión mediática, casi nunca es la merecida”. Desde El Giradiscos invitamos a nuestros lectores a permanecer atentos a ambos proyectos, ambos con un mínimo de suerte, darán mucho que hablar… y allí estaremos, los chicos de El Giradiscos, para contarlo.
Salud.

Por Javi “EG”