North Mississippi Allstars, Nikki Hill o Los Deltonos encabezan una nueva edición del Blues Cazorla



El festival Blues Cazorla representa uno de los eventos más longevos e importantes dentro de su estilo con más de treinta años de historia macerada en buena música y un ambiente familiar. Un festival dinámico, maduro y con un público fiel, que en en su trayectoria ha sabido mezclar la leyenda y el futuro de un estilo musical que año tras año se abre a todo tipo de públicos, creando una afición innata en lo referente a este estilo musical, convirtiendo al blues, de ser un estilo musical minorista para convertirse en un fenómeno de masas. Esta nueva edición, la número 28 y que se celebrará los días 3, 4 y 5 de julio, contará como una de sus cabezas de cartel con los flamantes North Mississippi Allstars. Después de 25 años, doce álbumes, cinco nominaciones a los premios Grammy y conciertos con entradas agotadas en todas partes, la banda presentará su decimotercer álbum, “Set Sail”. 

Junto a ellos comandará el cartel Devon Allman, un artista que lleva el blues y rock en su ADN. Con un sonido distintivo ha dado forma a su música desde que empezó a tocar la guitarra de adolescente, hasta sus recientes álbumes con la Allman Betts Band. Por su parte la gran Diunna Greenleaf aterriza en BluesCazorla por primera vez. Líder de Blue Marcy, es nativa de Texas, con una formación impregnada en música góspel. Influenciada por artistas como Koko Taylor, Aretha Franklin, Rosetta Thorpe, Sam Cooke, Charles Brown y sus propios padres Ben & Mary Ella Greenleaf, ha desarrollado su propio estilo siguiendo la tradición de otros tantos grandes del blues tejano. Combina pinceladas de jazz, góspel y soul para crear un blues amable que nos lleva a una montaña rusa emocional. 

Nikki Hill no necesita presentaciones, vieja conocida del festival vuelve para revolucionar al público y presentar parte de su nuevo trabajo en el que lleva trabajando los últimos meses. Nikki siempre es garantía de éxito. Otros de los artistas confirmados son The Cinelli Brothers, una banda que no pudieron asistir en 2023 pero que esta vez vienen con más fuerza que nunca para saldar la deuda pendiente.

Respecto a la representación llegada desde nuestras fronteras, si La Perro Blanco supone una joven y huracanada propuesta entorno al rhythm and blues y el rockabilly, géneros que a sacudido con su presencia, Los Deltonos son unos viejos conocidos que sin embargo siguen repartiendo "grasa saludable" desde los escenarios bajo una fiera lozanía embarcados en el presente en un formato trío que resalta todavía más su carácter eléctrico y contundente.

Eli Barahona: “Si una sola persona se siente identificada con alguna de mis letras seré feliz”


Por: Javier González. 

Hace algunas semanas que Eli Barahona fue la protagonista de nuestra sección “Ilustres Principiantes”, el pequeño rincón donde damos a conocer a proyectos emergentes que nos resultan llamativos. Meses atrás editaba su primer trabajo, “Aquí hay amor”, una colección de canciones puras donde predomina un heterodoxo “pop de autora” y en las que Eli ponía voz a los sentimientos que le embargaban tras una ruptura amorosa donde sin perder de vista la ironía y el sarcasmo, reparte mucho amor y grandes dosis de honestidad. 

Nos hemos puesto en contacto con ella días antes de una fecha que tiene marcado en rojo dentro su calendario, puesto que este fin de semana estará actuando en su ciudad natal, Oviedo, donde despedirá a una sala mítica de la ciudad asturiana como “La Salvaje”, antes de su cierre definitivo que tendrá lugar apenas unas semanas después del concierto.

Os dejamos en compañía de esta asturiana repleta de talento a la que ninguno deberíamos perder de vista.

Hace unos meses editaste “Aquí hay amor”, tu primer trabajo discográfico. Ahora que han pasado unos meses y tienes una cierta perspectiva de cómo ha ido todo. ¿Qué valoración haces del recibimiento? 

Eli: Estoy muy feliz y orgullosa de la acogida que ha tenido. Sobre todo, agradecida por cada persona que se ha parado a darle una escucha al disco. He recibido feedback muy positivo y un montón de comentarios bonitos. Al ser mi primer trabajo, noté bastante curiosidad y mucha gente se sorprendió al descubrir que tenía algo así entre manos. Eso me alegra, espero seguir sorprendiendo. 

Sabemos que son tiempos de inmediatez y redes sociales, donde los lanzamientos de canciones y discos se suceden sin que salvo en contadas excepciones haya una trascendencia real. ¿Cómo se lucha contra la dificultad del mercado musical que no por otra parte más que la extensión de la dificultad de dar a conocer cualquier otra propuesta ya sea comercial o cultural?

Eli: Es innegable que son tiempos frenéticos y que es muy complicado captar la atención entre tanto barullo y contenido (¡y cosas de mucha calidad!). Pero es algo contra lo que no lucho ni me preocupa demasiado. Esto no quiere decir que no me lo tome en serio, todo lo contrario. El proyecto surgió de una manera muy orgánica y así quiero que siga desarrollándose. Nació por y para mí, y fue después cuando decidí compartirlo. Si una sola persona se siente identificada con alguna de mis letras, tararea alguno de mis estribillos o viene a un directo y le sirve para desconectar y pasar un buen rato, yo ya soy más que feliz. 

En el álbum muestras tu peculiar forma de hacer pop de autora con multitud de referencias mostrando tu particular visión del amor. Musicalmente, ¿cuáles son las influencias de Eli Barahona? 

Eli: Te diría que mis influencias están en todo lo que hay entre Bach y Bad Bunny (risas). Realmente no estaría tan alejada de la realidad. Estudié música clásica durante muchos años, tocaba el violonchelo, y he crecido rodeada de este estilo en mi familia. Alguna cosa se me habrá pegado. Por otro lado, me encanta escuchar de todo y descubrir las cosas más extrañas. Escucho mucha música en español, mucha música latina (cumbia, salsa, boleros) pero también amo los grupos extranjeros de sonidos sesenteros con guitarras y teclados chillones. En cuanto a la manera de escribir, me gusta mucho como hablan de lo cotidiano grupos como las Cariño o El Buen Hijo, pero también admiro mucho la sensibilidad y la elección de las palabras de artistas como Natalia Lafourcade, Iván Ferreiro o Xoel López. 

Personalmente he hablado de “pop de autora”, aunque realmente hay una cierta heterodoxia. ¿Hacia dónde puede evolucionar tu música en próximos capítulos? 

Eli:
En este primer trabajo, al no tener ninguna referencia previa, sentí muchísima libertad para hacer lo que quisiera, y me apetece que siga siendo así. Creo que la evolución será natural y sin encasillarme demasiado, pero siempre con la intención de contar historias de una forma accesible y directa. 

Lo digo porque cierras con “Comienzos” donde se intuye quizás una apuesta por ir surcando parajes relativamente más rockeros. ¿Debemos tomarlo como una pista? 

Eli: No necesariamente. Cuando coloqué “Comienzos” como la última track del disco no fue tanto por una cuestión estilística o pista de lo que puede venir, sino puramente por un tema de contexto. “Comienzos” cierra el círculo de la historia que se está contando (o abre una nueva vuelta a la espiral, según como lo queramos ver) y aporta un toque de optimismo que creo que no viene nada mal entre todo el desamor del álbum. 

“Al final he creado algo bastante chulo a partir de una situación complicada” 

Las letras dan la impresión de mostrar un desnudo sentimental bastante importante. ¿Hasta qué punto las mismas están condicionadas por una relación que no salió a flote? 

Eli: (Risas) ¡Al 100%! El disco surgió en una época en la que las canciones eran un poco la vomitona que iba echando por todo el malestar, dudas y dolor que sentía. Cuando me quise dar cuenta, noté que cada tema hablaba de una etapa de ese viaje y que, si los ordenaba, contaban una historia. La historia. Soy bastante libro abierto, no lo pensé demasiado y dejé salir lo que no paraba de ocupar mi cabeza. Eso me ayudó a distraerme y me hizo bien porque, a pesar de seguir dándole vueltas al mismo tema, había un trabajo, una concentración y un “intentar ordenar todo”. Al final, fue reconfortante ver cómo había creado algo bastante chulo a partir de una situación tan complicada. 

De la producción se ha encargado Germán Mingote, miembro de los más que interesantes Puño Dragón. ¿Qué ha aportado su sapiencia al resultado final de la colección? 

Eli: Germán es esencial en todo este proyecto. Cuando llegué al estudio recibió mi propuesta con mucho respeto e interés. Había algunas canciones que venían muy definidas, con maquetas grabadas en casa y arreglos muy claros. Aún así, él siempre supo cómo ayudarme a hacerlas más grandes. Otras venían mucho más desnudas, solo estructura, voz y guitarra. Ahí su aportación fue fundamental, junto a la de Jesús Colino (bajista de la banda), a la hora de definir los arreglos y ver por donde llevar esos temas. Además de todo su trabajo en el estudio, que me parece exquisito y admiro infinitamente, también ha sido un gran apoyo cuando he necesitado algo de guía en cuestiones más “administrativas” o de gestión del proyecto. Tengo mucha suerte de contar con él. “Asturias es una región pequeñita donde pasan muchas cosas porque hay mucho talento” 

Pauline en la Playa, Australian Blonde, Ilegales, Nacho Vegas, Puño Dragón, Pablo Und Destruktion. ¿Qué tiene Asturias que nos regala siempre propuestas tan personales y repletas de calidad? 

Eli: Está claro que Asturias es una región pequeñita pero donde pasan muchas cosas. Hay muchísimo talento, pero también ganas de currárnoslo y una buena dosis de perseverancia, eso hace que haya propuestas muy finas. También creo que, al igual que llevamos la bandera y el “ser asturiano” por todo lo alto, que sepamos reconocer a nuestros paisanos, apoyar lo local y sentirnos orgullosos de proyectos que empiezan a sonar fuera de la región, nos hace marcar la diferencia. 

Más allá de Puño Dragón, por razones obvias, de entre todos los citados y citadas. ¿Cuál te ha servido como mayor referencia? ¿Hay algún nombre con el que tengas una mayor vinculación personal?

Eli:
Admiro a cada uno de los citados y se me vienen a la mente aún más nombres como Rodrigo Cuevas o Alberto y García. Pero no puedo negar mi debilidad por los Puño, ver el camino que están haciendo, la acogida que tienen sus canciones y todo el esfuerzo que le meten, es muy emocionante e inspirador. Por otro lado, intento escuchar y estar al tanto de lo que ocurre en la región. Me hace mucha ilusión que cada vez seamos más quienes creamos y compartimos nuestros proyectos. Ahora mismo De Fem es una propuesta interesantísima, también están los chavales de DeDeDeDe que tocan en breves por primera vez en Madrid, o mi querido Antonio Irún que se lo está currando un montón. 

Este fin de semana estarás actuando en “La Salvaje”, un hecho paradigmático porque la señera sala ovetense cerrará definitivamente apenas unos días después. ¿Cómo estás afrontando un concierto tan especial a nivel emocional? 

Eli: Con toda la ilusión del mundo, porque hace un tiempo ni siquiera me habría imaginado algo así. El disco empezamos a trabajarlo hace casi tres años y surgió como una vía de desahogo. Lo grabé porque un amigo me animó, pero en aquel momento era más bien un proyecto personal, algo que quería guardar para mí. Nunca pensé que seguiría escribiendo ni, mucho menos, que acabaría dando conciertos. Ahora hemos tocado ya varias veces en Madrid y Oviedo, y poder estar en “La Salvaje” una semana antes de su cierre es un sueño y todo un privilegio. Lo afronto como un reto, como algo que voy a recordar siempre y que pienso disfrutar al máximo con toda la banda. Jugar en casa siempre es especial, pero esta ocasión es irrepetible. 

“Espacios como “La Salvaje” son cruciales para la vida cultural de cualquier ciudad” 

¿Qué pierde una ciudad como Oviedo con el adiós de “La Salvaje”? ¿Cómo de importantes crees que son este tipo de espacios para el engranaje socio cultural de la ciudad? 

Eli: Oviedo pierde un gran lugar de encuentro para muchos de nosotros. No sólo una sala de conciertos con una excelente programación, sino también un sitio donde disfrutar de pinchadas en el Refugio, de micros abiertos, un club de lectura, de jams de jazz, de noches con cervezas y amigos, o de tardes tranquilas en sus sofás charlando mientas te tomas algo. Este tipo de espacios son cruciales para la vida cultural de cualquier ciudad. Por suerte en Oviedo hay otras propuestas muy interesantes como “La Lata” o “Kuivi Almacenes”, pero siempre serán bienvenidas nuevas salas o instituciones que apoyen el arte de la ciudad con respeto y condiciones que permitan a los artistas mostrar sus proyectos y seguir creciendo. 

“Estar afincada en Madrid me enriquece musical y artísticamente” 

Estás afincada en Madrid. ¿Cómo te trata la ciudad? ¿Ves posibilidades desarrollar tu carrera con garantías desde esta puerta al infierno que es nuestra capital? 

Eli: Madrid es una ciudad a la que le tengo mucho cariño y en la que me siento muy cómoda, a pesar de que la tierrina siempre tire y llame desde ahí arriba. En cuanto al proyecto, todo el proceso de grabación fue en Asturias y mi banda entera vive allí, lo que a veces ha complicado un poco la logística. Por eso, siento que tengo una pierna en cada ciudad. Hemos tocado ya tres veces aquí, cada una en un lugar muy distinto, pero la sensación siempre ha sido muy buena. Garantías no hay en ningún lado y menos en esta industria tan complicada, pero sin duda es una gran oportunidad para conectar con otros artistas y enriquecerme musical y artísticamente. 

¿Qué podrán presenciar todas aquellas personas que se acerquen a disfrutar de tu directo? 

Eli: En los directos voy acompañada de una banda increíble, nos preparamos mucho para cualquier concierto y presentamos todo el disco de una manera cercana y dinámica, que hace que el público pueda conectar con la parte más cruda, pero también se anime a echar unos bailes y disfrutar. Al próximo concierto del 21 de junio en La Salvaje, se suma lo especial de la despedida de la sala. Todos en Oviedo le tenemos mucho cariño, así que estoy segura de que no sólo los músicos, sino también los asistentes, pondremos todo de nuestra parte para que sea una noche inolvidable. En el setlist incluiremos música nueva que se estrenará para la ocasión y habrá alguna sorpresilla más. Luego nos iremos todos juntos a celebrar con una cerveza. 

He detectado una vena cañera en ciertos pasajes de las letras, donde lanzas alguna que otra pulla demostrando que se te dá muy bien, cosa que también detecto en otros paisanos tuyos por cierto (Jorge Martínez, Pablo Und Destruktion). ¿Puedes prometer que seguirás tirando de acidez en próximas canciones? 

Eli: ¡Los asturianos tenemos carácter! (risas). A mí me gusta mucho escribir y decir cosas bonitas, de hecho, en el disco se dicen muchas cosas y no todas son malas… hay mucho amor y se expresa de muchas maneras. Me gusta escribir de forma directa y honesta, y si alguien me toca las narices, también lo voy a decir sin problema. Creo que un punto de acidez siempre es divertido.

Ilustres Principiantes: joseluis

Después de varios meses de lento desvelamiento de cuáles eran sus armas ("Navajas de Albacete"), sus vicios ("Fortuna"), sus miedos ("Miedo de Un País") y sus luchas de ego ("Guapo"), por fin llega el álbum debut de una de las joyas escondidas de la escena musical nacional. joseluis, un equilibrista emocional, un especialista de la puñalada rápida en el corazón, consciente del poder de la tradición de la canción española en toda su dimensión: del folklore, sí, pero también de la comunión que supuso el auge del indie rock en los años 90 para más de una generación.

joseluis ha hibridado el acervo tradicional, la visión folk de que armado con guitarra y voz sobra para contar grandes historias, pero la ha superado a nivel sonoro, con una producción sofisticada y minimalista, que muestra al artista murciano al desnudo para poder reconocernos en unas canciones que nos hablan de la duda primera de cualquier humano, ¿esto es algo que debería hacer?

El álbum se llama "Por Ahora Para Siempre", y acompaña a los singles que ya han visto la luz con una buena colección de canciones honestas y vibrantes, entre las que destacan "Accidente", "La Gravedad" o "Como el Sol", tres canciones que muestran como desde la organicidad en la creación, siempre que el talento acompañe, como es el caso de joseluis, podemos llegar a explorar los rincones del espectro musical alternativo en nuestro país.

‘Por Ahora Para Siempre’ es un trabajo lleno de melodías cautivadoras, atractivas y pegadizas, cargado de letras que nos harían temblar en el día más cálido de la canícula; y que lo harán, cuando termine de conquistar escenario tras escenario del pujante circuito de festivales nacional. Ya se ha lucido en el Warm Up el pasado primero de mayo, pero esto es solo la punta del iceberg.

joseluis ha gestado un primer álbum donde palpita la fuerza de la vida -y sus miserias, y sus accidentes y sus ambiciones tristes, y sus victorias y derrotas de "Caballo de Carreras"- tan intensamente que nos empuja a quedarnos a vivir entre sus canciones. ¿Cuánto? "Por Ahora Para Siempre".

Copiloto: Paseo por “interior/noche”


“Uno aprende a hacerlo todo mejor cuando se equivoca, cuando se quiere a sí mismo y se acepta” 

Texto: Javier Capapé. 
Fotografías: Jaime Oriz. 

 Necesitamos tiempo, además de despojarnos de aquello que nos nubla la mente y no nos deja avanzar, para entrar en “interior/noche”, la nueva obra del oscense Javier Almazán, el artista que se esconde tras el sobrenombre de Copiloto. Una obra completa, una historia de subidas y bajadas con las que todos podemos conectar, porque todos las hemos vivido.

Para adentrarme en este disco como merece y entender sus pormenores, me cité con Javier en una céntrica cafetería zaragozana. La idea era charlar de forma distendida de estas maravillosas canciones y dejar atrás la entrevista al uso. Quería presentar este “interior/noche” como algo distinto y sugerente, algo que también ha hecho su autor desde el principio de su concepción como obra global. Pulsé el rec y comenzamos a sumergirnos tema a tema en un álbum con aroma al cantautor de siempre, alejando a nuestro protagonista del concepto más pop y la búsqueda del single perfecto, para encontrar la belleza en lo más sencillo y honesto. En la base a la que aferrarse que está intrínseca en la verdadera búsqueda de todo creador. 

Javier nos adentró desde el principio en el disco diciéndonos que “habla de la gestión de un duelo, un proceso muy interno y no muy luminoso, más bien oscuro, de ahí el título “interior/noche”. Me imaginaba estas canciones simplemente tocadas con la guitarra delante de un hogar con fuego o mirando a través de la ventana, que era como había escrito algunas de ellas. Ese era el ambiente adecuado para el disco”. Por eso quizá la mejor manera de acercarse a él sea buscando la nocturnidad y la reflexión interior.

Estas nueve canciones se estructuran en dos partes, una primera que habla de la chispa, el enamoramiento, la convivencia y la explosión del amor, y una segunda que se refiere a la pérdida, la añoranza y también al aprendizaje que supone empezar de cero. Cuando le pregunté si era una experiencia personal o simplemente una forma de poner palabras a experiencias universales, Javier lo tuvo claro: “Es como la historia más vieja del mundo a la que le das tu punto de vista. No es tanto lo que estoy contando, porque eso le ha pasado a casi todo el mundo, si no cómo lo cuento. Partí de experiencias personales y también trabajé con muchos textos como si fueran una autoterapia, sacando las cosas que tenía dentro”.

“A la hora de escribir canciones es muy importante darles un aliño personal que se base en experiencias personales” 

El músico tuvo una rutina muy clara para la composición. “Escribía todos los días como veinte minutos sin releer nada. Después me acordaba de cosas y con esos recuerdos iba apuntando todo en una libreta de trabajo. Muchas frases son pensamientos que he tenido y pueden aportar algo a la historia, porque todos hemos pasado por algo parecido”. Por lo tanto, se entiende que es un proyecto que podemos abrazar porque todos hemos podido vivir eso de alguna manera, aunque la forma como lo cuenta sea muy personal. “Siempre creo que aunque los temas que se han tratado en el arte durante toda la historia hayan sido predominantemente el amor, el desamor, el odio o el anhelo, lo que los hace especiales, aparte de la sensibilidad que pueda tener cada uno, son los detalles, las gotas de experiencias personales. Esas gotas de experiencias con las que uno va alineando las canciones es lo que las aleja de lugares comunes que tienen muchas canciones de amor. A la hora de escribir canciones es muy importante darles un aliño personal que se base en esas experiencias personales”.

Hablamos de la sensibilidad especial de los letristas y escritores para grabar momentos, algo que sin duda queda impreso en las canciones de Copiloto. “Se hacen muy pocas canciones de alegría y muchas más para adentro, de tristeza. Y eso es porque en esos momentos los seres humanos estamos más sensibles a los detalles. Nos fijamos más en ellos cuando estamos tristes. Cuando pierdes algo, te fijas en cada detalle que echas en falta. La espalda del amante que ya no está, un lunar o una arruga que te viene una y otra vez a la cabeza. Eso cobra una simbología enorme. Sin embargo, cuando estás feliz siempre está ahí y no reparas en ello. Además, son imágenes muy poderosas a la hora de hacer canciones”.

Lo más interesante de esta reunión en la que fluyó la conversación y el tiempo se consumió casi sin darnos cuenta, fue la oportunidad de profundizar en cada una de estas canciones. Junto a Almazán rastreé todos los detalles que habían llamado mi atención y me abrió sus puertas para tratar de entenderlos mejor. Empezamos por “Contacto cero” la canción que abre el disco y que funciona como presentación de todo lo que va a venir.
“Es como un preámbulo. En las psicologías actuales se habla de la necesidad de un “contacto cero”, de un tiempo de desconexión, porque antes, cuando las parejas se rompían podías estar un tiempo sin verte, pero ahora eso es imposible con las redes y la tecnología. Por eso es recomendable tener una época de desintoxicación para volver a encontrarte a ti mismo. También hablo en ella de un momento común en los abandonos, en los que aparece el terror o el vértigo por no saber lo que va a pasar. Ese terror te anima a perder la dignidad y a pasar por todo lo necesario con tal de que esa relación no se acabe. Quería expresar ese sentimiento porque es en esos momentos cuando una persona tiene que hacer acopio de todo su amor propio y dignidad. El pánico o el miedo a lo que puede venir después de la ruptura nos puede hacer perder la compostura”. Es en ese momento cuando me enseña un tatuaje en su brazo que hace referencia a ese miedo que aparece también en una de las canciones de “Los Puentes Hundidos”, confesando que él siempre ha dado mucha importancia al miedo y al valor, porque el miedo es muy poderoso y puede llevarnos a sitios de los que cuesta mucho salir.

Partiendo de esta canción a modo de introducción, empezamos a hablar del enamoramiento y la pasión, que aparecen muy bien reflejados en “La activista y el cónsul”, con frases tan gráficas como “La fiesta en los cuerpos es donde tiene lugar” o “cuento contigo para ochenta años más”. Refleja el “chispazo” de toda relación a las claras. El inicio, cuando vas descubriendo a la otra persona. Aunque podría dar apuro hablar de estas canciones tan descriptivas, Javier quiere que la gente las recoja, las haga suyas y las lleve a su terreno, a su vida. “Recojo detalles muy concretos y, a veces, como todos los autores, los exagero porque tiene que haber un recorrido dramático en todos los textos. Si no hay drama ni conflicto no funciona bien”. En la siguiente, “Por algo”, está muy presente el sexo y queda totalmente ligada a la anterior. “El sexo siempre tiene que estar presente, pero sobre todo al principio de una relación tiene un factor relacionado con el descubrimiento, la química y las posibilidades. El ser humano está hecho para tocarse. Uno puede vivir solo y transitar su vida perfectamente sin tener pareja, pero los seres humanos somos seres sociables y necesitamos el contacto físico, los abrazos, los besos y las caricias. En “Por algo”, una de las sensaciones que describen ese enamoramiento, esa pasión que también la une a “La activista y el cónsul”, es cuando descubres que no echas de menos nada. Cuando estás en un sitio con una persona y sientes que podrías estar así siempre. Eso se da pocas veces en la vida y cuando se da hay que valorarlo. El problema es que normalmente lo valoras después, cuando ya no lo tienes”.

El deseo de compartir todo con otra persona y los sueños conjuntos revolotean en “De ti, Venecia” donde también hay un juego que hace referencia al inicio de la pandemia, cuando la canción habla de atravesar pantallas y de cómo éstas se quedan colgadas. “Quería meter la pandemia porque ésta nos hizo empezar a relacionarnos de otra manera”. La primera parte del disco se puede terminar con esta canción, dando así paso a la pérdida y el dolor a continuación. Es como si lo bueno fuera más breve, porque después el disco deja más tiempo para la bajada y para reposar el dolor, aunque también para aprender.

Aquellos que hemos emprendido el viaje de “interior/noche” hemos podido constatar hasta este momento que su instrumentación es muy básica. Cada canción cuenta con lo mínimo. Al disco que más recuerda de su carrera es a “Los Abrazos Salvavidas”, pero con un punto distinto, más visceral. Y es en ese momento cuando me atrevo a lanzarle una apreciación sonora que, para mi sorpresa, no estaba buscada. En esa primera parte, en la que sobre todo se habla de ese “chispazo” en las canciones, del enamoramiento, manda más el piano, y sin embargo, en la segunda parte, a partir de la pérdida y de quedarse uno consigo mismo en soledad, manda más la guitarra. En las dos últimas canciones ya solo hay guitarra. El piano está al principio y se va apagando conforme pasan las canciones. En el principio del disco están piano y guitarra compartidos, como si fueran los dos personajes de la historia, una pareja que después se separa y queda solo uno, porque el que renace al final es uno solo. Uno solo con su guitarra. Javier Almazán me pide robar esta apreciación porque sin pretenderlo hay veces que se consiguen cosas de forma inconsciente: “En este disco no he tocado ningún piano, y las guitarras sin embargo son mías. Al final estoy yo en soledad con la guitarra, pero al principio es verdad que hay otras aportaciones que se van perdiendo. Es muy curioso que lo veas así”. Me dice que le encanta que la gente vea cosas que no están detrás de la composición en sí misma y nos sorprendemos mutuamente por este descubrimiento. “Si se me hubiera ocurrido eso de forma intencionada hubiera sido de genio. Estar con dos instrumentos y luego pasar a uno solo... Hay como una separación. Es fantástico”. Los buenos discos es lo que tienen. Están abiertos a todo tipo de lecturas y sorpresas. Aún cuando crees que un disco con esta temática tan clara y cerrada no te puede sorprender, viene Copiloto y te abre una nueva e inesperada vía.

“Cuando te eliges mutuamente es una de las cosas más bonitas del mundo” 

Esta segunda parte, en la que las canciones se centran en la pérdida y la recomposición personal, comienza con “El Elegido”, una canción que puede despistar por su título, ya que precisamente habla de la ruptura, aunque la visión de Javier, que le ha llevado a ponerle ese título, va en la línea del acto de generosidad que significa una relación de pareja. “Ambas partes tienen que adaptarse y ser flexibles, porque cada mañana eliges otra vez. No tiene sentido seguir con una relación si no eliges al otro, así que la canción habla del acto de elegir. Podría estar en otro sitio, pero te elijo otra vez, y cuando te eliges mutuamente es una de las cosas más bonitas del mundo. Estar en el cielo debe de ser lo más parecido al amor de pareja correspondido”. Nuestro protagonista dice que se ha sentido elegido y ha elegido también, por eso la canción parte desde lo personal. “Cuando ya no eres el elegido o tú ya no eliges a la otra persona hay que hacer un acto de valor y dar por terminado ese ciclo. Hay que elegirse cada día”. La canción es ejemplo de resiliencia porque en ella escuchamos “soy capaz de remontar profundos precipicios”, pero a la vez también hay mucha rabia. Estos versos nos llevan a la sabiduría de Serrat, que en una de sus canciones nos dice: “Nunca es triste la verdad. Lo que no tiene es remedio”. Pero la rabia es inevitable, porque es la sensación que nos queda al saber que algo no puede ser y además es imposible. Al paso sale también el escritor Raymond Carver, un autor que fundamentó casi toda su carrera en relatos de parejas en crisis al borde de la ruptura. Javier me cuenta que el escritor estuvo felizmente casado, pero después se divorció y aunque la gente le veía bien, él decía “sí, pero me acuerdo”. “Los recuerdos de una ruptura son como la guerra. Al hablar de memoria, no es una memoria rencorosa, sino algo que no te permite olvidar”. Y del recuerdo nos detenemos en el tiempo necesario para que todo cese y deje de doler. “Que el tiempo lo cura todo es a la vez verdad y mentira, porque el tiempo, por sí mismo, no cura todo. Lo que ayuda es el tiempo haciendo lo que tienes que hacer. El duelo hay que transitarlo. Tiene unas fases y hay que pasar por todas ellas. Y si te quedas en una de ellas el tiempo va a seguir pasando, pero tú puedes quedarte atrapado en la ira, en la negación o en la tristeza y no lograr salir de ellas. Cuando en la canción digo “el plan es llorarlo hasta que no duela” trato de reflejar que no hay que reprimir los sentimientos. Tienes que permitirte estar enfadado si es lo que necesitas, porque si no, no vas a pasarlo. Ese es el plan”.

Pocas veces una entrevista había dado tanto juego para El Giradiscos. La grabadora seguía funcionando mientras se mezclaban voces cercanas en la misma cafetería, pero la intensidad era tan alta y el goce por descubrir la motivación detrás de cada verso de estas canciones tan placentero que nada nos detenía. Tampoco teníamos prisa. Lo queríamos todo. De nuevo descubrimos la resiliencia en el sentir de “Una calathea”, una canción con el dolor muy apegado, pero en la que su autor trata de huir del victimismo: “Esta canción la escribí para hablar de la furia y del enfado, pero creo que hay que aceptar lo que viene. Dejar una relación, a no ser que las dos partes estén completamente de acuerdo y sea una liberación, es muy duro para el que se queda solo, pero también hace falta ser muy valiente para tomar la decisión. Valiente y consecuente. En “Una calathea” quiero ser coherente y ser capaz de vivir la vida después de la ruptura. Eso hay que decirlo, intentando minimizar los daños, pero hay que decirlo”. Uno de sus versos dice: “Aún no me sale decir ‘verte feliz me hace feliz aunque no sea conmigo’, porque yo lo quiero todo contigo, todo menos ser tu amigo”. Es el reflejo de intentar desearle lo mejor a la otra persona, la que se ha ido, pero llegamos a la conclusión de que “ver tu espacio sustituido por otra persona siempre es muy duro, así que si no puedes desearle eso, es porque no puedes decírtelo, porque no te sale a ti mismo. Es necesario mucho tiempo y empeño para que eso se consiga, pero en la canción hablo del momento en el que eso es imposible”. “Una calathea” es de las más duras del lote, de las que porta un mensaje más crudo que si nos pilla en un momento vulnerable puede ser difícil salir de él, porque es una canción muy potente y directa. Plasma a la perfección la sensación de desazón y sufrimiento, sin dulcificarla, y claro, inevitablemente pensamos en si el protagonista de la canción, el personaje, es el propio Almazán, porque es muy complejo transmitir esto sin haberlo vivido. Aún así intentamos ver a este protagonista como un personaje, algo que también queda aclarado cuando Javier confiesa que se siente cada vez más escritor, logrando vampirizar situaciones, porque “no tiene por qué ser todo tuyo”.

Este proceso vital convertido en canciones nos lleva hasta “Haces magia”, que hace referencia al vacío y a la vez a ese deseo de intentar olvidar. Sin embargo, sorprende por su título. Igual que pasaba con “El Elegido”, parece que quiera intentar olvidar a esa persona que ya no está y a la vez decirle que es mágica, utilizando además el tiempo presente. “Este título es tan importante que era uno de los provisionales para el disco. Otro era “Este vacío”, aunque era un poco tremendista, pero es que cuando una relación se acaba, que es lo que aquí está presente, uno se va y el otro se queda con el vacío que ha dejado esta persona. Lo veía como un juego de dos entes, el dejado y el vacío, y ¿cómo nos lo montamos ahora este vacío y yo para seguir adelante?”.

“Todas las vivencias nos llevan al sitio donde estamos. Hay momentos muy buenos en los que no estarías si no hubieras pasado por los difíciles” 

Con “Estúpido” deja atrás el odio, porque el odio nos hace estúpidos. Quizá deberíamos plantearnos no recrearnos en el odio y aprender de los momentos vividos. De hecho, podemos definir este disco como la historia de un aprendizaje. “Todas las vivencias nos llevan al sitio donde estamos. Aunque pases momentos de mucho sufrimiento, también hay momentos muy buenos en los que no estarías si no hubieras pasado por los difíciles”. Javier Almazán sabe valorar los momentos presentes y no se recrea en odiar, algo que ya ha demostrado con anteriores obras como la mencionada “Los Abrazos Salvavidas”, con la que ésta tiene cierto paralelismo en muchos detalles, sobre todo estilísticos, así como en la búsqueda de la introspección. Ambos se presentan desde la desnudez y la honestidad para contarnos historias que nos interpelan. Está claro que Copiloto está en ese momento, remontándonos al regreso de su desconexión u oxigenación temporal tras el que fuera su disco más exigente hasta entonces, “Los Puentes Hundidos”, que precisamente ahora cumple una década. “Con “Estúpido” quería reflejar esa fase del duelo en la que se supone que uno tiene que sentir cierto rencor y enfado. Por eso el disco tenía que tener una canción de odio. La empecé a escribir y me di cuenta que no siempre se está en disposición de odiar, porque a veces el odio es un maquillaje que viene a sustituir a la tristeza. Hay gente que no quiere mirar atrás y ahí también está el odio. El odio puede estar bien transitarlo, pero no puede sustituir a la tristeza. Cuando maquillamos la tristeza con odio alargamos el sufrimiento mucho más tiempo. Es algo estúpido. La canción va por ahí. Si estás triste, puedes estar un tiempo cabreado, pero si te dedicas solo a odiar no vas a salir nunca de ese bucle, no darás paso a la tristeza y por lo tanto tampoco a la sanación o curación. El enfado, la tristeza o la negación no te dejan avanzar. Pienso en la gente que siempre está enfadada por algo, pero en realidad lo que deberían es estar tristes, y a lo mejor así se les pasaría antes ese enfado”. De toda esta reflexión brota la frase “tratar de comprender es mejor que odiar”, y enlazada encontramos “creo que he querido demasiado y eso es demencial”, aunque con esta otra nos dice Javier que “lo demencial es creer que has querido demasiado. Ese es el juego de la canción. Querer mucho nunca puede ser un error. Es algo que está bien. Me gustaba jugar con esa idea”. 

El disco termina volviendo al punto del inicio. La última canción es como sugiere su título, “Amanezco”. El amanecer siempre es dar paso a lo nuevo. De alguna manera este amanecer también está relacionado con el título del disco y su nocturnidad. Meterse en la noche hasta el amanecer y dar ese paso adelante. Porque veníamos de la noche, de “interior/noche”, y ahora se hace la luz. Comienza diciendo “hace un siglo de este duelo”, por lo que el sufrimiento ya se ve como algo pasado. Una afirmación tan necesaria como yo soy lo primero y me lo debo” pone al protagonista de estas nueve canciones, de esta historia, por delante, porque priorizarse es la única manera de seguir adelante en la vida. Javier reconoce que “uno aprende a hacerlo todo mejor cuando se equivoca, cuando se quiere a sí mismo y se acepta”. Nos metemos así en otro tema relacionado como es el amor propio, porque es necesario quererse a uno mismo. “Tengo dos hijos y les intento inculcar el amor por ellos mismos como su primer amor. No sé dónde leí la frase “no somos tickets de parking”. Me encanta y la uso mucho, porque no necesitamos que nadie nos valide. Y eso es algo que yo me aplico. Los artistas tenemos mucha necesidad de validación, además de mucha inseguridad, y de vez en cuando nos lo tenemos que decir a nosotros mismos para poder seguir con cierta dignidad por la vida”. De hecho, podríamos decir que, aunque el disco trate la relación de pareja y sus fases, trata en realidad de uno mismo, de ahí la frase “cuando vuelva el amor, amaré mejor”. “Digo eso porque tú no sabes lo que pasará con el otro, pero tú amarás mejor seguro, porque de todo aprendes. Con la edad te vuelves más exigente, pero también más paciente. Más selectivo, pero más tranquilo a la vez. Aunque también está bien cuando tienes diecisiete años y es todo apasionamiento. Volver a los diecisiete, que cantaba Violeta Parra, pero evidentemente ya no tenemos esa edad y tomamos decisiones diferentes. Todo forma parte del aprendizaje”.

Uno de los objetivos de esta charla era desgajar este disco, meternos en él. Porque éste es uno de esos discos en el que necesitas entrar de lleno, pero una vez hecho este ejercicio pasamos también a indagar en el proceso de grabación del mismo, donde Copiloto se decantó por llevarlo a cabo entre la soledad del campo y el ruido urbano. “Yo quería ir construyendo las canciones poco a poco y sabía que no me iba a esforzar absolutamente nada por escribir una canción que fuera un hit. Quería hacer un disco así, en el que no mirara ni los tiempos de las canciones. Y con todo esto en mi cabeza me fui a grabar a Yeste, Huesca. Ese aislamiento en el campo, alejado de todo, me apetecía mucho para empezar a crear el disco. Me acompañaron Lorién Vicente y Óscar Garza. Ambos apostaron mucho por mí y se lanzaron a esta aventura tan rara. Lo empezamos a construir allí con Sergio Lacasia. Estuvimos unos días que me dieron la pauta para saber por dónde seguir y después enlacé en Zaragoza con Óscar Cubero. Enseguida entendió por dónde quería ir y me ayudó a darle forma al disco. Entre tanto, Óscar Garza venía mucho por mi casa o me mandaba arreglos sutiles de sintes para las canciones. Queríamos jugar con mantas de sonido, algo en lo que se metió mucho Óscar consiguiendo esa textura de sonidos en la que parece que no hay nada, pero hay muchas cosas”. Hablando de Óscar Garza y Lorién Vicente, Javier no repara en halagos para estos músicos tan jóvenes que ya le acompañaron en la revisión de sus clásicos en “Fundamental”. Habla de ellos como músicos a los que admira, no solo como instrumentistas, sino por la visión que tienen de la música. “Toda esta generación tiene una cosa que me gusta mucho y es que no tienen ningún complejo. Yo que vengo del indie, que era como el colmo de lo snob, he escuchado eso de: “no te voy a decir si me gusta o no esta canción hasta que no sepa quién la está tocando, porque igual es alguien que no debería molarme”. Y esto, afortunadamente, no lo veo ahora con esta generación. Ahora veo muchísima más libertad. A la gente le gustan las canciones, independientemente de quien las cante, y eso me encanta. Lorién y Óscar son grandísimos profesionales. Gente que se ha tomado muy en serio este oficio. Además son muy abiertos, no tienen complejos y tampoco les importa trabajar con un tío mayor como yo”. 

También hay sonidos entre canciones que llaman la atención. Se oye campo, calle, ruido de noche, como queriendo dar contexto a la historia, como para intentar que el oyente no se salga de lo que se está contando. “Quería coger al oyente nada más empezar, algo que en estos tiempos es incluso pedir demasiado, y hacer que no pudiera pausar la escucha. De hecho, mi primera idea fue hacerlo todo en una pista, que no se pudiera cortar, pero de cara a plataformas era un poco loco”. Para dar con el sonido que domina en la producción del disco, Javier comenta que escuchó mucho a Adrianne Lenker, sobre todo su último disco “Bright Future”. También a Florist, que trabaja mucho con sintes y tiempos lentos, y a Laura Marling, que emplea la afinación abierta, como ha tratado de hacer él con estas canciones. Sin olvidar, por supuesto, los primeros discos de Leonard Cohen, ya que quería conseguir ese sonido de la guitarra española tan presente en ellos. 

“Quería hacer un disco muy austero y reivindicarlo como un todo, y eso es exactamente lo que he hecho” 

Confiesa que el disco puede recordar a un musical, como el soporte de una obra de teatro. Y por eso se encuentran esos sonidos que se cuelan entre las pistas, para crear un hilo sonoro que no deja que te vayas. “Me gustaría que la gente lo escuchase del tirón y, si es posible, con auriculares para poder oír los matices”. Con afirmaciones como ésta llegamos a una de las características que mejor definen esta colección de canciones: la voz de Javier, que está mucho más presente y por delante que en sus discos anteriores. “Pensé mucho en cómo tratar la voz. Fue un reto porque está casi fuera de plano. Está muy alta. Lo considero un paso adelante en mi carrera. En mi forma de entender la música y en mi forma de interpretar. Es posible que en el futuro vaya hacia ahí, porque me siento más cómodo cantando. Mi voz es diferente y cuento las cosas mejor que hace unos años. Me daba pudor ponerla tan alta, pero los productores me animaron y me la jugué. Creo que es una de las cosas más arriesgadas del disco”. Precisamente es esa voz en primer plano, y el uso de la guitarra española por encima del resto, lo que hace que este disco suene a cantautor clásico. Una producción muy austera que pone siempre por delante las letras y la voz. Viniendo del pop-rock o del mal llamado indie supone un cambio sustancial para Copiloto, pero es algo que le gusta porque siente que está reaccionando frente a cosas que le interesan un poco menos. “Estoy redescubriendo los sonidos orgánicos de las maderas y de las cuerdas que vibran de más con el mástil. Creo que aún no ha llegado el momento de grabar un disco solo con guitarra y voz, como podrían ser los primeros de Dylan, porque tienes que ser muy bueno para hacer eso y que se sostenga, pero mi objetivo va hacia allí. En lugar de llenar las canciones de arreglos, las estoy desnudando. Mi tercer disco era casi psicodelia, estaba lleno de arreglos, que es algo que también me encanta, por supuesto, pero con mi traje de Copiloto me veo cada vez más cerca de hacer algo solo con guitarra y voz que algo más arreglado. Es mi camino natural ahora mismo”. Aunque el estilo de cantautor choca con lo que se demanda en estos momentos, pero por ahí puede ir un poco la resistencia para la carrera de Copiloto, siempre en continua exigencia desde su humilde posición. “Este disco no lo hice con la intención de ir contra nada, pero era como volver a encontrarme con mi yo de los diecisiete años que escuchaba los discos enteros. No me he planteado tampoco si era lo más adecuado para mi carrera. Lo he hecho porque me apetecía de verdad. Quería hacer un disco muy austero y reivindicarlo como un todo, y eso es exactamente lo que he hecho”. Pero es cierto que es difícil reivindicar su escucha como un todo. “interior/noche” es un disco de cincuenta minutos en tiempos donde la gran mayoría no superan los treinta y cinco. Encontrar ese tiempo para su escucha y meterte en él es complicado, y más con este tipo de disco, que es muy intenso y requiere atención. “La gente de mi generación sabe cómo se escucha un disco entero. El cambio de paradigma es que hay gente de otra generación que no concibe esto, que no están acostumbrados a ello”.

Y de hablar de lo que se demanda en estos momentos, a sacar a relucir un tema también cuestionado por la renovación de la industria musical. El mal llamado indie. Javier recuerda con lamento a “la policía del indie”, como él la llama: “Viví mucho sectarismo en mis comienzos y me afectó mucho el tema de lo indie a nivel emocional. Te repartían carnets para decirte quién era auténtico y quién no. Increíble. Ahora quiero creer que eso no existe, al menos a ese nivel”. Cierto que ahora estamos llegando a un punto en el que nos atrevemos a decir lo que ha hecho mal el indie. Durante mucho tiempo el indie era lo más, pero compartimos que ni existe el concepto como tal, porque muchos de los grupos que empezaron como independientes están ya en majors, ni tampoco el indie ha hecho algo tan bueno para la música. Copiloto entendía el indie cuando empezó como una manera hacer lo que le diera la gana, más que entenderlo como un estilo. “Ser indie es ser independiente y ser independiente es ofrecer una alternativa a lo que hay, pero no porque quiera sonar como un grupo o artista en concreto, sino porque me apetece hacer esto y tengo la grandísima suerte de que lo que a mí me gusta hacer, le gusta a más personas, que pueden comprar mis discos. Eso es para mí la independencia y ser indie. Nunca ha sido un sonido para mí, era más bien una actitud y un condicionante. Se ha podido vender como un sonido, pero ¡que alguien me explique cuál era ese sonido!”. El indie por tanto no es un sonido ni un estilo. Lo decimos abiertamente y lo discutimos durante un buen rato, llegando a buen puerto, por supuesto. “Un artista es indie porque hace lo que le gusta y tiene esa independencia del circuito general. Si lo que hace se pone de moda, es algo que no va con ellos. Entonces, ¿dejan de ser indies? Esta es una consecuencia ajena al artista. El artista tiene que tener un compromiso absoluto con su arte. Ser indie es reafirmarte a ti mismo como artista y ser independiente de los demás. De todas formas, este debate sobre el indie afortunadamente se va a perder porque las generaciones de músicos más jóvenes ya no hablan en estos términos”.

Antes de terminar, me intereso por la gira del disco. “Va a ser un cambio bastante notable respecto a los conciertos de “Fundamental”. Somos un número más reducido de músicos en el escenario. Tampoco hay batería. Es una cosa para hacer en pequeños teatros o ciclos, a poder ser. Funcionará así mejor que en salas. Llevamos una instrumentación muy pequeña para lograr unos conciertos más delicados o íntimos, porque pretendemos que se escuche todo. Más en la línea del cantautor, como comentábamos antes. Además, estamos tocando el disco entero. La idea es esa. Después tocaremos algunos temas más de mi discografía, pero esta gira es todo lo contrario a la anterior, que era una reivindicación de toda una carrera. Es una historia totalmente diferente”. Porque “interior/noche” también lo es. Un disco hecho desde las entrañas. Para entrar en nuestro interior y servirnos de guía. Una guía convertida en experiencia vital con la que aprender a sobrevivir y recomponerse desde la resiliencia y la autoconfianza. Está claro que desde El Giradiscos hemos disfrutado de todos sus momentos, como también lo hicimos en esta conversación entre amigos, que nos hubiera gustado que no acabara, pero en la que, sin ninguna duda, recibimos el más generoso de los abrazos salvavidas.

Da Loma: "El Reencuentro EP"


Por: Txema Mañeru.

Entre el estupendo y sorpendente, en forma de LP, “El Espejo” (Limbo Starr) y este nuevo disco han transcurrido un total de 6 años. Por medio, mucha actividad discográfica para David López en su siempre exquisito sello, Limbo Starr, y algunos interesantes, aunque esporádicos, pasos en sus propias aventuras musicales. Así nos dejó otro recomendable EP digital titulado “Canciones Para Viajar Por Dentro” con las que todavía puedes viajar con comodidad si entras en su bandcamp. También contribuyó a un buen disco tributo a una de sus bandas favoritas (mía también) como son los Galaxie 500 de Dean Wareham (Luna) y Damon & Naomi. El nuevo trabajo se lo han cascado entero ente Paco Loco y él. David se encarga de las múltiples guitarras eléctricas y acústicas, mientras que Paco de todas las baterías y programaciones de percusiones electrónicas. La gran mayoría de teclados y sintetizadores son de David también, con la excepción del piano acústico y el órgano Farfisa de "Algo Está Pasand"’. Los bajos presentes se los reparten como buenos amigos y colaboradores.

Esto demuestra que "El Reencuentro EP" (Limbo Starr) es efectivamente lo que su título indica. Un reencuentro muy esperado entre David López (Da Loma) y el gran Paco Loco que perdieron su relación por terceras personas y les mantuvo con una fría distancia durante más de doce años. Yo creo que ambos habrán quedado satisfechos con este reencuentro y que seguirán juntos en más posibles aventuras de Da Loma que esperemos sean en forma de LP completo y en vinilo en un futuro más o menos cercano. Conocimos un primer tema de este trabajo mediante "Algo Está Pasando (Canción Protesta # 15)". Un título que supone una especie de homenaje a un Bob Dylan muy querido por ambos. Sin embargo su sonido rula por otros derroteros, adoptando un exquisito ritmo sintético y guitarras chirriantes, como si Suicide se juntaran con alguno de los momentos más pegadizos de The Human League. En la letra nos hablan hasta de la canción del Mercadona para un final guitarrero desbocado entre sus adorados Pixies y Superchunk o nuestros Half Foot Outside.

También hay cierta inspiración en el título "Líneas Paralelas", en este caso sobre Blondie. Sintetizadores y guitarras mordiendo y arañando en un ritmo trepidante. Suena al indie-punk noventero, pero también remite a 2025. Tendría que ser increíble en directo este cruce entre Pavement, LCD Soundsystem y El Inquilino Comunista. que recrea una interesante historia. "Retorno a Anacordia" hace honor a su título ya que regresa a una de sus primeras canciones y básica en su primer proyecto musical en los noventa, Kebrantas. Ecos surf en las guitarras, además de un ritmo pausado estupendo que también puede gustar a seguidores de Nacho Vegas o Montefusco. Esto contrasta bien con su punto indie de una melodía preciosa con un ritmo sintético y gélido pero subyugante. "Es Un Error" supone otro rotundo acierto que suena a nueva ola madrileña y sí, también a LCD Soundsystem. Guitarras y sintetizadores que casan a la perfección con arrebatos eléctricos en las 6 cuerdas y electrónicos en los destacados y varias veces citados sintetizadores. Guapo estribillo y una buena melodía llevada por los sintetizadores con más momentos en los que su guitarra chirría que da gusto y suena como un cartucho de dinamita. Otra buena historia en su letra.

Todo el disco se desarrolla bajo un sonido muy fresco que recoge el espíritu de unas sesiones realizadas en apenas cuatro días, dentro de un proceso inmediato, intuitivo y libre de artificios. ¡Al grano, vamos! Otro punto claramente a destacar que es el lanzamiento del disco ha venido acompañado por el texto de 20 páginas de David López titulado “La Intrahistoria”. Un texto en forma de memoria profesional, pero también repleto de anécdotas biográficas. No faltan variadas fotografías así como apuntes sobre la relación que inspiró el EP. También un sincero recorrido canción a canción con el fin de ampliar y contextualizar el disco. Una maravilla que se haya producido este musical y personal reencuentro.

40 años caminando “Por Tierras Escocesas”, el debut rockabilly de Duncan Dhu


Por: Javier González. 

Hay discos que desde su propio título resuenan evocadores y repletos de encanto, invitando al desconocido oyente a sumergirse en ellos por mera curiosidad, dejándose arrastrar al interior de un puñado de canciones sin mayor intención que disfrutar del viaje. Algo así le debió pasar a más de una persona al encontrarse hace ahora cuarenta años con este “Por Tierras Escocesas”, debut en formato mini-Lp de un por aquel entonces desconocido trio donostiarra que acabaría dando mucho de que hablar.

El mismo estaba compuesto por Mikel Erentxun, guitarra y voz, Diego Vasallo, bajo, y Juan Ramón Viles, batería, quienes tras concluir aventuras musicales previas como Los Aristogatos, en el caso de Mikel, y Los Dalton, donde tocaban Diego y Juanra, dieron forma a un nuevo proyecto al que en un gesto cargado de romanticismo llamaron Duncan Dhu, tomando prestada la identidad de un personaje de la novela “Secuestrado”, firmada por Robert Louis Stevenson

Su primera referencia producida por el afamado Paco Trinidad fue licenciada originalmente por GASA, contando apenas con seis canciones, que posteriormente se vieron complementadas en las diversas reediciones que se hicieron del mismo, incluyendo más material en las mismas hasta llegar a los 25 temas que por ejemplo presenta la última revisión llevada a cabo por parte de Warner Music, donde aparecen temas en directo, maquetas y orgánicas versiones que nos muestran un imaginario puramente acústico-rockabilly, deudor del sonido facturado en las grabaciones de Sun Records en la década de los cincuenta, presentado aquí entre brumas y ambientes cargados de referencias escocesas, sin ocultar dosis de oscuridad y una minimalista desnudez que sigue sonando fresca cuatro décadas después su lanzamiento. 

Haciendo justicia a la grabación original, nos centraremos en exclusiva en esos seis primeros temas que se abren con la fenomenal referencia cinematográfica que supone “Casablanca”, donde su ritmo juguetón tocado con escobillas martillea sonando a puro deleite para los “fugitivos de la revolución”, antes de saltar a la no menos genial “Tarde de Fiesta”, única de la colección firmada por alguien ajeno a la banda en esta colección, concretamente por Nicolás Picaza, miembro de Los Dalton, en un tema con querencias swing y marchamo grisáceo, casi tétrico, donde es fácil descubrir la referencia de los Gabinete Caligari de “Sangre Española”, quienes en aquella época eran uno de los grupos favoritos del trio y cuya alargada sombra supieron asimilar los vascos en este potente corte.

La titular “Por Tierras Escocesas”, repleta de referencias a los fantasmas, leyendas y glorias, raya a un nivel más que decente, igual que el blues arrastrado secundado por un melancólico saxo de “Fin de Amor”, donde la interpretación de Mikel es sublime; antes de que aparezca “Lágrimas en la Arena”, primer corte firmado en solitario por Diego Vasallo, con una letra que demuestra que un talento especial para desarrollar historias se estaba abriendo paso, y el fenomenal cierre que supone “Extraños”, donde bien se puede rastrear un poso after-punk acústico en una historia inquietante, plagada de misterio y tensión. 

Cuarenta años más tarde, estas seis canciones siguen sonando sugerentes, frescas y más que notables, dotadas de sentido y con una madurez inusual para una primera referencia, siendo un fenomenal testimonio de que el talento en el seno de Duncan Dhu estuvo presente desde la prehistoria de la banda.

Más tarde llegaría el éxito masivo, representado por su siguiente obra, “Canciones”, donde entre otras composiciones se incluyeron “Cien Gaviotas” y “Esos Ojos Negros”, temas que les abrieron el Olimpo de nuestra música, posición consolidada merced a la categoría de álbumes posteriores como “El Grito del Tiempo” o “Autobiografía” en los que mostraron una versátil solidez, capaz de hacerles transitar con convicción y tino los difíciles terrenos que se sitúan a orillas del rock, la canción de autor y el pop más elegante, contando siempre con el favor del público, hecho que les provocó un progresivo alejamiento de la crítica especializada que en primera instancia sí les regaló su apoyo para acabar mirando con desdén y ciertas dosis de envidia su masivo éxito.

Todos esos trabajos son parte de una historia escrita en letras doradas que iremos desgranando poco a poco al calor de los aniversarios de sus distintas grabaciones como sentido tributo a esa banda de nombre evocador que tanto ha marcado nuestras vidas.

Marina: “Princess of Power”


Por: Nuria Pastor Navarro. 

 No hace mucho tiempo, allá por 2015, reinaba en el microcosmos de los adolescentes una red social llamaba Tumblr. Frases bonitas de las películas “teen” del momento, poemas cogidos con pinzas y fotos en blanco y negro rellenaban dicha red, concebida casi como un collage de ideas y pensamientos. Rápidamente, Tumblr se convirtió en una especie de forma de vida, en una estética que motivaba a los adolescentes a llevar medias de rejilla con camisas de cuadros abiertas y el pelo teñido. En el panorama musical, gobernaban los llamados profetas de Tumblr; bandas como Arctic Monkeys, The Neighbourhood y, cómo no, la gran tríada femenina: Lana del Rey, Lorde y Marina and the Diamonds.

Como cualquier tendencia, la era Tumblr quedó atrás y sólo los ahora jóvenes adultos nostálgicos recuerdan cómo se sentía escuchar “Sweater Weather” antes de que se pusiera de moda. Sin embargo, diez años después, los astros se han alineado, y aquellas profetas han vuelto pisando fuerte. Marina, coronada en 2015 como reina adolescente con “Electra Heart”, regresa ahora transformada en princesa del pop con “Princess of Power”, un álbum en mayúsculas —literal y figuradamente—. Tal y como declaró la artista en varias entrevistas, este disco tiene una vena mucho más introspectiva que los anteriores, y los singles que fue lanzando como pequeñas pistas no hicieron más que confirmarlo. En pocas palabras, “Princess of Power” es el grito empoderado que Marina, por fin, ha logrado sacar de su más profundo ser.

La primera canción, homónima al disco, es la perfecta introducción para el viaje que está a punto de comenzar. Con un tono orquestal combinado con momentos tecno, define de forma impoluta el ambiente musical que rodea a todo el álbum, y la letra casi resume el alma e idea de la nueva princesa del poder. Con este tema, Marina da la bienvenida a la nueva era.

Esta idea de transformación la retoma “Butterfly”, primer single ya reseñado en esta revista. Como hará múltiples veces a lo largo del álbum, la artista se despide de su pasado lastrado, abriendo las alas al marcado ritmo pop de su música. Sin darnos un respiro, Marina continúa con “Cuntissimo”, la joya de la corona sin duda alguna. Vestida con una estética casi rococó, nos lanza directamente a la cara todo un himno feminista que rechaza el gastado estereotipo de Bonnie y Clyde para acercarse más a Thelma y Louise. Si el título no lo deja bastante claro, Marina lo declara a viva voz: no piensa dejarse pisar por nadie, y vuelve a brillar con todos sus colores “sirviendo” más que nunca. 

El ritmo de “Cuntissimo” casi te electrocuta, te devuelve a la vida como un desfibrilador, siendo el máximo exponencial de la mezcla de música orquestal con tonos electrónicos que la artista propone para esta era. Es, además, la favorita de los fans, que temblaron cuando Marina la interpretó en Coachella — “Cuntchella”, para ella—. La verdad es que no es difícil imaginar este tema como banda sonora de la película “María Antonieta”, de Sofía Coppola… 

Este alegato de libertad queda reflejado en otras canciones, como la divertida “Rollercoaster”. No obstante, la autodeterminación no es la única temática que vertebra el álbum. “Princess of Power ” destaca por incluir una profunda reflexión sobre el amor en los múltiples prismas que despliega este sentimiento. El amor en la era digital con “Digital Fantasy”, el misterio del enamoramiento con “Je Ne Sais Quot” o el lado más festivo y divertido del amor con “con “I 3 U” o “Cupid´s Girl”: Marina no se deja ningún cabo suelto.

Sin embargo, también deja espacio para algunas baladas más profundas. “Metallic Stallion” y “Hello Kitty” salpican algo de tristeza esperanzadora al álbum, mientras que “Everybody Knows I´m Sad” rompe los moldes de lo que normalmente es una balada e inyecta un ritmo pegadizo y animado a una letra que se revuelca en la soledad y la duda. Pero si hay una canción que realmente hace escocer las heridas es “Adult Girl”. En ella, Marina reflexiona sobre su adolescencia perdida en casi una charla con su niña interior. “Now I´m too old to die young, but at least I had some fun / Spent my twenties on the run dreamin´ of suicide and love”, declara de forma descorazonadora. A pesar de todo, la cantante consigue mantener un tono optimista de fondo en toda la canción, reflejando el nuevo espíritu que la caracteriza ahora.

Y tras esta montaña rusa de emociones, llegamos a “Final Boss”, que, como si de un videojuego se tratara, marca la batalla final de Marina contra sus demonios. Con una marcada influencia de los sonidos y músicas de videojuegos clásicos, la artista presenta su victoria frente a su rival —posiblemente alguien que la hirió en el pasado—, finalizando el disco con un “Game Over” casi burlón.

Con el silencio que sigue, el oyente respira profundamente, y piensa en todo lo que representa “Princess OF Power”. Marina consigue romper numerosas cadenas que la ataban pesadamente, reforzando a la vez el alegato feminista que ya lanzaba en “Ancient Dreams In A Modern Land”. Crea un nuevo camino en el que no importan las opiniones ajenas. Hibrida géneros, ideas, tonos y hasta renueva la música disco. 

Es cierto que todo ello dista bastante de la “Teen Idle” que fue en 2015, pero, en el fondo, la esencia permanece. Una mariposa, al fin y al cabo, no deja de ser la misma oruga por haber pasado por una metamorfosis. Simplemente, ahora tiene la capacidad de volar… Justo como la nueva Marina.