The Lightning Seeds: El pasado que nunca se fue


Sala Razzmatazz, Barcelona. Miércoles, 16 de octubre del 2024. 

Texto y fotografías: Àlex Guimerà.

Hace unas semanas, gracias a El Giradiscos, tuve el placer de charlar con Ian Broudie. Y la verdad que siento que he sido víctima del "síntoma del crítico musical" en virtud del cual si te cae bien un músico te afecta en la percepción de su obra. Ian no sólo es un tipo muy simpático, sino que es único en su especie, pues me contó que su carrera ha sido algo disfuncional pues alcanzó el éxito sin haber formado aún siquiera la banda, lo que le hizo ir siempre a contracorriente. Por ello nunca se ha sentido cómodo en los conciertos, hasta que hace unos años todo cambió al conseguir unos compañeros con los que tras muchas giras y shows en vivo, actualmente considera que forman una gran banda y, lo que es más importante, ha logrado sentirse feliz con ellos encima de los escenarios. Ante tales revelaciones, no pude resistirme a poder dar testimonio en su parada barcelonesa de la gira conmemorativa de su 35 aniversario y poder disfrutar en vivo de esas canciones que, tras haber conocido a su autor, las siento más cercanas. 

Ya desde el primer momento en que Ian Broudie y compañía aparecieron en el escenario -al ritmo de la sintonía de la serie de HBO "Succession", por cierto- para abordar "Marvelous", supuso un auténtico viaje nostálgico a los noventa, pero también una muestra de que su pop sigue vigente con la frescura de siempre. Si bien esa sala 2 del Razz no acabó de llenarse tanto como uno esperaría, sí que hubo un notable clima de concierto con esa mezcla de fans de antaño, fieles adeptos ingleses y nuevos seguidores, que junto a la banda lograron crear una atmósfera vibrante y cargada de energía positiva. 

Sorprende la juventud de los nuevos miembros de la formación, quienes junto al propio Ian y al bajista Martyn Campbell, forman un combo que funciona de verdad. La experiencia de los veteranos y la energía de los más jóvenes hacen lucir las canciones que sonaron francamente bien. Por ello, la escenografía del concierto centró toda la atención en la banda y en su música con la ayuda de unas luces que iban cambiando sutilmente para acompañar las distintas atmósferas de cada tema. Con todo, el eje central del directo fue un setlist que demostraba el catálogo imbatible de la banda, aunque apareció algún que otro tema menos conocido de la banda y alguna que otra versión.  

Mis momentos favoritos llegaron de la mano de la sensacional "Change", el baladón "Perfect", la melódica "Sense", las versiones de "Wole Wide World" (Wrecked Eric) y de "You Showed Me" (The Byrds), o las legendarias "Lucky You" y "The Life Of Riley". Estofas pegadizas, ritmos arrolladores, efectos de teclados, baterías potentes, algunos solos intercalados de un Ian modo "guitar hero", y esas estructuras de las canciones tan pluscuamperfectas que convierten al de Liverpool en un compositor único. Porqué el músico de las gafas de sol y peinado monacal es ante todo un compositor, y lo de actuar le viene de modo accidental, aunque por lo que vimos parece haberle cogido el truco ya que despliega formidablemente sus dotes musicales en estos directos en los que finalmente ha logrado disfrutar, y eso se nota. 

Maravilloso el cierre con "Pure", seguramente su tema más reconocible y esperado -con una parte de "Imagine" de John Lennon intercalada por allí- al que le siguió una apasionante versión de "Be My Baby", de la que Ian dijo que era la que más le apetecía tocar y ciertamente supo llevársela a su terreno. Y tras ella, la futbolística "Three Lions" que toda la sala coreamos cual hooligans con su estribillo "it' s comming home!" como santo y seña. Fueron los últimos coletazos de ese concierto plagado de grandes y emocionantes canciones, formadas por bellos estribillos y coros, que finalmente podemos decir que llegan interpretados en directo por una gran banda. Sus esfuerzos le han costado al bueno de Ian.