Por: Kepa Arbizu
Desde siempre, la suma de evidencias constituyen una prueba irrefutable. Por eso, que el nombre de esta banda, Thee Braindrops, nos remita directamente a The Fuzztones; que hayan adaptado el tema de Billy Childish y sus Thee Headcoats “All My Feelings Denied” convertido convenientemente en “Tú me quieres matar”, o la elección de “I Need Action” como título para su disco largo de debut, nos señala, con poco espacio para albergar dudas, hacia una formación que tiene el sonido garage más abrasivo como una seña de identidad, sino absoluta, desde luego primordial.
Formados en Madrid, el cuarteto queda configurado por los locales Big Pablo (bajo y coros), Carlos (guitarra), David (batería) y el frontman japonés Shima Bunny, Un detalle este último que a quien pueda parecerle pintoresco solo tiene que hacer girar unos breves segundos este álbum para entender el sentido, y el acierto, que supone su presencia. Porque su desparpajo interpretaivo, que alterna el inglés con momentos de pseudocastellano, es el asilvestrado complemento a un terremoto sonoro que no tiene ninguna compasión a la hora de aplicar la mayor distorsión posible a su ya ruda actitud. Y poco importa en verdad si sus canciones abordan temáticas sin demasiado calado, porque en este proyecto, el medio y los fines son exactamente el mismo: convertirse en una incontratable exhalación de nervio y energía.
Auspiciados por el sello Family Spree, que a estas alturas a nadie se le ocurrirá poner en duda su exquisita visión para confeccionar un catálogo donde reside lo más granado parido entre guitarras por estos lares, la docena de temas seleccionados para este trabajo comienzan, como no podía ser de otra manera, con el canto homónimo de registro hedonista. Curiosamente, tal contenido es presentado con detallismo musical, alternando tiempos y cadencias que revolotean entre serpenteantes riffs, atronadores golpeos de batería, un estribillo vitamínico y un dibujo melódico sesentero. Cualidades que demuestran que bajo todo ese derroche de contundencia convive también un sabio manejo de otros condicionantes con los que engrandecer y moldear esa materia inflamable con la que cargan.
Aclarado lo cual, el repertorio de aldabonazos que nos presenta la banda son tan recurrentes como expeditivos. Valga de ejemplo la ya mencionada versión "Tú me quieres matar”, que interpretada en un castellano destartalado todavía le infunde más virulencia a un resultado en el que se fusionan The Sonics y Doctor Explosion, mención lógica a los asturianos teniendo en cuenta que es el propio Jorge el encargado de llevar los mandos en la producción de esta grabación. A partir de ahí no habrá espacio para la tregua, llegando en torrencial cascada temas como "My Girlfiend Is A Vampire", que abre el portón para ciertos ademanes punks (The Boys por aquí, The Miracle Workers por allá e incluso asomando The Woggles) que harán parada en un desaforado rock and roll, a lo The Devil Dogs, con el que dar forma a la infecciosa “Pretty Girl”. Composiciones de latido alterado que tendrán su representación más angustiosa y oscura en "I Wanna Kill You Baby”, donde nos vuelven a insistir en el reflejo de las desbocadas huestes de Billy Childish.
Aunque nadie debe de esperar descansos significativos durante la poco más de media hora de duración de este tour de force, sí que nos podremos encontrar con ciertos desvíos o matices que nos sitúen algo más allá del frenético impulso eléctrico. Y pese a que "Girl What Is Wrong With You" se sostiene sobre ese machacón ritmo como si de unos Kinks de actitud pendenciara se tratase, hay en ella la intención de jugar un papel más -crudamente- insinuante, provocando un respiro que, eso sí, solo afectará a las revoluciones. Un estado de ánimo que se hará extensible a "Spiral Eyes", donde no prioriza tanto el aspecto incisivo, o en una “The Right Time” que, aunque vitalista y pegadiza, se presenta más limpia y perfumada con (agreste) aroma a power pop.
El éxito de una empresa se mide en función de las metas y/o expectativas creadas por ella. Thee Braindrops lo tienen muy claro, lo suyo consiste en zarandearnos sin miramientos a base de una mezcla entre garage, rock and roll y punk, y en ese sentido el logro no puede estar más ampliamente superado. Habrá quien, seguro, aparecerá abrazado al manido mantra sobre la imposibilidad de encontrar bandas actuales capaces de inventar algo nuevo y motivador. Personalmente, poca reflexión más importante me suscita este turbulento y excelente "I Need Action" que percibir la sensación de estar ante un disco que en cada nueva escucha parece preocuparse por recargar sus pilas a tope para ofrecerte su mejor y más espídica versión, y eso es una experiencia única e impagable.