Sala Apolo, Barcelona. Viernes, 2 de febrero del 2018
Texto y fotografías:Àlex Guimerà
Viernes por la noche en Barcelona y teníamos una cita en una remodelada Sala Apolo que había agotado entradas para la segunda sesión con la que Stereophonics presentaban su flamante décimo álbum "Scream Above the Sounds" en la ciudad.
Y la verdad es que da gusto ver tanta gente aglomerada para presenciar un concierto de rock, a pesar de que muchos vinieran de tierras británicas. Con la batería ubicada detrás y muy por encima del resto de la banda, los cinco músicos aparecieron bien puntuales para ofrecer un fornido directo que no pudo decepcionar a nadie, pues la entrega e intensidad de los músicos se juntó con la generosidad del repertorio así como con un formato audiovisual infalible en el que los videomontajes de detrás del escenario completaban las canciones, mientras que el sistema de iluminación se lució como nunca. Se nota que los galeses saben lo que hacen y lo hacen con total profesionalidad y sin salirse del guión. Lo suyo es rock comercial sin más y lo bordan. En el Reino Unido arrastran masas y aquí en España tienen tirón. Lo tomas o lo dejas.
Liderados por un Kelly Jones que lo dio todo tras su hortera chaqueta floreada y que exhibió la potencia de su voz rota y su gusto a hacer paseíllos a lo "guitar hero", el otro pilar del combo es el estrambótico Jamie Morrison, quien a base de esperpentos da mucha tralla a los tambores. Pero también el dinamismo y la simpatía del bajista (y miembro original junto a Kelly) Richard Jones y el virtuosismo de Adam Zindani a las seis cuerdas tuvieron su protagonismo. Si bien el teclista Tony Kirkham anda con ellos desde casi el principio no es miembro oficial de la banda, pero resulta fundamental en sus conciertos, desde los pianos hasta los sintes pasando por las armónicas.
Con todo, hasta 24 temas tocaron sin bajar el tono ante un público pletórico y entregado al cien por cien. De lo nuevo, buenos temas como son "Chances Are", la canción de estadios "Caught By The Wind", la balada "All In One Night",con sus "Oh Oh Oh Oh Uh Oooh", o los ritmos new wave de "Geronimo". Los clásicos llegaron con la tempranera "A Thousand Trees" encadenada con la acústica "Step On My Old Sizes Nines", pero también con el trío popero que formaron "Maybe Tomorrow", "Have A Nice Day" y "Mr. Writer", que mostraron la cara cándida de la banda. La parte rockera y más dura la pusieron con la punk "C'est la vie" o "Catacomb". Aunque lo que les sienta de maravilla es la épica indie, muestra de ello sus hits de esta década "Mr. and Mrs. Smith", que acabó con un lucido solo de batería e "Indian Summer", con su carga emocional.
En la recta final cayeron al escenario banderas de Gales y los estandartes de los noventa "Traffic", "Local Boy In The Photograph" ("World Gets Around" 1997), "Just Looking" y "The Bartender And The Thief" ("Perfomance & Coctails" 1999), esta última con una intro de "Aces Of Spades" de los Motörhead.
Y de cierre, cómo no, "Dakota", anticipada en acústico y luciendo en todo su esplendor ante el revoloteo de unos fans que lo acabaron de dar todo.