Sala Apolo, Barcelona. Viernes, 8 de septiembre del 2017
Texto y fotografía: Por Àlex Guimerà
Mucha expectación había para el regreso de los Band Of Horses a nuestro país. Primero por su paso por el DCode como cabeza de cartel, pero sobre todo por su vuelta a salas de conciertos en Barcelona. Y es que parece que determinadas bandas han renunciado a dicho formato optando sistemáticamente por los festivales y sus grandes masas, privando al verdadero fan de muchas de sus esencias.
Y precisamente esa fue la impresión que nos llevamos los asistentes a su directo del pasado viernes 8 de septiembre en la Sala Apolo. Con el mallorquín L.A. como telonero repasando fugazmente algunos de sus nuevas canciones del "King Of Beast"(2017), los de Seattle arrancaron poco después de las nueve con su renovada formación (con dos nuevos miembros) y con Ben Bridwell y Ryan Monroe como capitanes de a bordo. Si bien los comienzos no estuvieron acertados en cuanto al control del sonido y por la pieza menor que es "Dull Times /The Moon" de su último álbum "Why Are You Ok"(2016), vimos que la cosa iría a mejor cuando interpretaron la gloriosa "Can' t Hardly Wait" de los Replacements. Luego otra de lo último, "Hag", dio paso a uno de los momentos cumbre del concierto con "Throw My Mess" y "St. Augustine", con las que demostraron sus capacidades melódicas, juegos de voces y alma country. Y es que si el sonido de los BOH se basa en su particular fusión de indie guitarrero con el country-rock de raíces, uno no puede sino valorar su talento cuando se ponen más acústicos y clásicos. Aunque a decir verdad, con la nueva formación en su directo primó más el músculo y la electricidad, que a la fin es lo que les reclaman la mayoría de sus fans.
En cualquier caso, lo que fue indudable fue la química de los cinco músicos perfectamente engrasados y enérgicos no faltos de carisma. A destacar el frontman Ben Bridwell que parece que le va la vida en cada verso que canta cuando no está poniéndose o quitándose su gorra de camionero; o Ryan Monroe con su físico "anti-rockstar" y su virtuosismo en las segundas voces, en los solos de teclado o en la slide guitar. Así fue como los caballos trotaron con sus esperados clásicos como son la balada "No One' s Gonna Love You" (un poco en piloto automático), la potente "NW Apt.", la rítmica "The General Specific", con Ben aporreando la pandereta, o la intensa "The Great Salt Lake", junto con piezas de nueva cuña como su nuevo hit "Casual Party", la coreada "Solemn Oath" y un "In A Drawer" que echó de menos la voz de J. Mascis de la original. Y otra dupla para la posteridad: "Marry Song" que sonó íntima, sentida y deliciosa a las dos voces, y "Older", emotiva y rupestre como nunca.
Para el cierre la fabulosa "Laredo", quizás su mayor logro y la que mejor les define, antes de los dos bises en los que las guitarras indie tomaron las riendas con "It' s There A Ghost" y "The Funeral" para galopar con un público lleno de satisfacción. Sin duda alguna, un potente final a un concierto de pura raza.