Por: Alejandro Guimerà
Ya han pasado casi 25 años desde que se formaran. Los años han ido volando y sin darnos cuenta los de Austin (Texas) se han ido asentando cómodamente en un segundo plano del circuito alternativo americano gracias a la extensa y sólida discografía que han ido construyendo (9 álbumes van ya con el nuevo) y a un carisma espontáneo carente de aspiraciones. Aunque a decir verdad lo mejor de ellos siempre ha sido su particular sonido pop-rock debidamente regado por otros estilos (garage, folk, country, post-punk, art-rock…) plasmado en canciones a menudo cautivadoras.
En 2014, tras el injustamente defenestrado “Transference” (2010), publicaron un soberbio " They Want My Soul" de preciosa portada y que ofrecía canciones tan cautivadoras como pausadas no faltas de matices y arreglos capaces de causar las mejores sensaciones. Ahora, tres años más tarde, han vuelto con este "Hot Thoughts" de nuevo con pocos cortes (solo 10) pero con el que vuelven a pisar en firme. Publicado bajo el sello de su debut Matador Records y fabulosamente producido por el prestigiado Dave Fridmann (Mercury Rev, Flamming Lips, Low, Luna, OK Go, MGMT,...) con quien ya colaboraron en el anterior trabajo, lo nuevo se adentra hacia fórmulas funkys y de música de baile sin perder las esencias de quien lo firma. Y este paso que muchas bandas han intentado dar (o lo han hecho con resultados paupérrimos), el de pasarse de los guitarrazos hacia los efectos sintetizados y de la electrónica, en el caso de los de Britt Daniel acaba funcionando y teniendo sentido. Y ello gracias a los múltiples arreglos y matices que van sobreponiendo en cada tema quedando un resultado compacto.
Y es que el largo funciona desde los ecos al Bowie ochentero de la pegadiza "First Caress, a los ritmos new wave (¿Blondie?) mezclados con riffs a lo Kiss de "Shotgun", pasando por el pop comercial de corte clásico "Tear It Down", o los pasajes instrumentales Brian Eno de "Us".
También aciertan con piezas de baile irresistibles ( "Hot Thoughts", "Can I Sit Next To You") , instrumentales new age ("Pink Up") , cruces entre Depeche Mode y Radiohead ("I Ain' t The One") o los arsenales rítmicos de "Do I Have To Talk You Into It". De nuevo los Spoon vuelven con cucharadas de imaginación sónica confirmando de nuevo una carrera (la suya) en la que el conformismo y el camino fácil no tienen cabida.