Por: Àlex Guimerà
En 2013 con su segundo elepé, "We Are the 21st Century Ambassadors of Peace & Magic", Foxygen se pusieron en el punto de mira de todos, conquistando a crítica y fans con su nueva psicodelia, se metieron en muchos festivales y entraron dentro de lo que era considerado "cool". Las tensiones en el dúo (Sam France y Jonathan Rado), el estrés de la fama y los viajes no impidieron que un año después publicaran "...And Star Power", con hasta 24 temas con los que demostraban que lo suyo no era casual y los confirmaba como uno de los grupos indie del momento, a pesar de que su popularidad ya no era la misma.
Ahora, en 2017, las cosas ya se han ido apaciguando, la separación del grupo nunca ha llegado y la dupla ya sabe cuál es su sitio. Es por ello que nos han regalado el que, por el momento, es sin duda uno de los mejores trabajos del presente ejercicio. Pues con este "Hang" de solo ocho cortes nos han vuelto a dejar prendados, a pesar de que aparquen parcialmente sus argumentos de siempre: psicodelia sesentera, ecos a Pink Floyd, a la Velvet, Kinks o del "flower power" (Love, sunshine pop,...), y esa nostalgia de que el tiempo pasado fue mejor.
Pues podemos calificar a los nuevos temas como setenteros, con el glam, el rock sinfónico, soft-rock y la ópera rock como focos de inspiración. No en vano, las nuevas melodías llegan adornadas por unos ampulosos arreglos orquestales a cargo de Trey Pollard, quien dirigió a una orquesta formada por hasta 40 músicos, más la joven y emergente banda (glam) Lemon Twigs en las percusiones - Rado les produjo el año pasado el espléndido "Do Hollywood"-. También colabora Steven Drozd de The Flaming Lips.
Así encontramos la triunfal "Follow the Leader" con su inicio a lo E.L.O. y los gorgoritos a lo Mick Jagger; "Avalon" con su tono music hall que tan bien explotaran los Kinks o los Queen del "Night At The Opera". Aunque aquí el jugueteo instrumental es mayor, violines inclusive. Y qué decir de la epopeya "America", que se inicia como las bandas sonoras de Hollywood de los 40-50 aunque deriva en el tremendismo glam, o "Mrs. Adams", que suena como si Lou Reed se hubiera topado con Scott Walker en un día soleado, por no olvidarnos del country-pop seventies de "On Lankershim" que nada en pantanos de bandas como los Eagles o America en sus caras más exageradas. Y de la breve "Upon a Hill" con sus cambios de ritmo y sus "shalalalas" a lo Neil Diamond, conectada con "Trauma" de final instrumental memorable. Como lo es el de "Rise Up" con sus guiños al rock progresivo.
Un disco como la copa de un pino con el que los californianos nos dejan rendidos a su talento capaz de sorprendernos a estas alturas con una propuesta tan original como bien producida.