Por: Alejandro Guimerà
A día de hoy justo se cumplen 50 años del elepé debut de una de las bandas más grandes e icónicas del rock, un cuarteto cuya grandeza de sus miembros hizo posible su grandeza como banda, de la que por desgracia sólo han sobrevivido dos (Pete Townshend y Roger Daltrey). Hablamos de los Who y del disco "My Generation" o "The Who Sings My Generation", disco que nunca se ha encumbrado lo suficiente ya que sigue viviendo a la sombra de las óperas-rock seminales como "Tommy" (1969) y "Quadrophenia"(1973) así como el modernizador "Who' s Next" (1971), pero la verdad es que no por ello debemos olvidar su calidad e importancia para el nacimiento del movimiento mod que ha iluminado a generaciones y generaciones de británicos y jóvenes (y no tan jóvenes) de todo el mundo.
Antes de publicar su larga duración de debut los The Who ya habían alcanzado un éxito con el sencillo "I Can' t Explain", un tema en el que verbalizaban las angustias juveniles y lo hacían a todo trapo con un sonido novedoso. Detrás de la canción se encontraba un joven guitarrista, Pete Townshend, surgido de Chiswick (West London), dotado de grandes talentos compositivos. Junto a aquel se habían unido un excéntrico e hiperactivo Keith Moon, un templado John Entwistle y el encantador pandillero Roger Daltrey. Cuatro personalidades y auténticas fuerzas de la naturaleza cargados de ganas de demostrar al mundo su talento por el rock. Y lo lograron, vaya si lo hicieron.
Abanderados del movimiento juvenil Mod que en la inglaterra de principios de década promovía un nuevo estilo de vida en el que la moda y la música eran centro y símbolo de modernidad y de resurgimiento de la vieja Inglaterra, promoviendo cierto narcisismo y hedonismo. Por ello los Who con su música llena de las nuevas influencias que venían de América, junto con su vestimenta transgresora a la vez que elegante, daban con los ídolos perfectos de las juventudes mod.
Además de la estética y la actitud el cuarteto era avanzado instrumentalmente. Al margen de sus capacidades de crear canciones, el joven Pete pasaba por ser un guitarrista anticipado a su tiempo, pues fue capaz de fusionar distintos estilos, si bien nunca destacó por grandes solos, su forma de aporrear las cuerdas y distorsionar sonidos crearía escuela las décadas posteriores.
Otro de los ejes del combo que también rompía patrones e iba por libre, era la batería de Keith multiplicando las secuencias rítmicas llenar todos los vacíos de la melodía, su enajenación a los palos aporreando sin cesar los tambores marcó una época. Las cuatro cuerdas de un más impasible John dejaban de ser mera comparsa a ser protagonista de las canciones. Mientras que Roger, en ocasiones acomplejado por no llegar a las cotas de sus socios, era el "frontman" perfecto: actitud arrogante, atractivo canallesco y registros vocales múltiples robados de los grandes de la música negra.
Una combinación tan extraña como efectiva que quedó reflejada en este álbum de debut que es un bullicio de influencias y estímulos rythm' n blues, pero también pop, canalizados a través de las doce pistas que lo forman. Desde los rasgueos iniciales de la ruda "Out in the Street" con unos ritmos agitados y mucho espíritu callejero. Parecido le sucede a "The Good's Gone" que parte de premisas garajeras para luego adentrarse en terrenos caleidoscópicos con unas cuerdas que podrían pasar por las mismísimas rickembackers de George Harrison o Roger McGuinn. Mas saltarina es "La-La-La Lies" de trabajo vocal esforzado y batería irritante. "Much Too Much" mezcla el rythm' n blues inglés capitaneado en aquellos tiempos por los Stones con los sonidos futuros del garage, las trabajadas segundas voces, un piano de fondo algo desconcertante más una batería incombustible.
A destacar la balada soul robada del gran James Brown "Please Please Please" en la que Daltrey se pone la piel negra para entregar su alma acompañado de unos solos de guitarra que valen un imperio.
La otra versión de "Godfather" es "I Don' t Mind" aunque no mira tanto a la original sino que deriva hacia terrenos poperos con un buen juego de voces y algo de espíritu beat. Para ver enseñanzas de los Beatles sobre todo hay que escuchar "The Kids Are Alright": coros, compases, melodía e inocencia juvenil.
La instrumental "The OX" (apodo de Entwistle) nada entre la psicodelia y el futuro post-rock, con una desbordante batería, un efectivo bajo y un trombón descomunal.
La bailonga "A Legal Matter" cantada por Townshend tiene elementos del rock primario, del country y un piano formidable. El blues lo trae "I' m a Man" de Bo Diddley y rescata de aquel su poso africano, pero luego tira hacia pantanos jazz inquietantes y oscuros.
"It' s Not True" contiene todos los elementos del sonido mod con su fusión perfecta del bee-bop de los cincuenta, beat británico, rythm' n blues americano, jazz e incluso ska jamaicano.
Pero por encima de todas destaca el himno juvenil "My Generation" una abrumadora pieza garajera en la que confluían el sentido e inquietudes de los teenagers de la época. La vocalización de los "tss" "fff", los cambios de tempos, el ritmo implacable de guitarra, el bajo como protagonista por primera vez en el rock y los redobles esquizofrénicos del enajenado Keith. ¡Estremecedora!
Un debut descomunal que alcanzó el número 5 de las ventas de su país sin llegar a cuajar en los EEUU en cuya portada fue sustituida por una foto de la banda tomada desde arriba y en la que aparece Entwistle con chaqueta de la Union Jack. Quizás por ser demasiado british o quizás por ser demasiado modernos el cuarteto no encandiló a los americanos hasta años posteriores con sus otras obras magnas "Tommy"(69), "Who' s Next"(71) y "Quadrophenia" (73), discos igualmente mayúsculos en el que los Who superaron de forma esplendorosa su encasillamiento mod creado por culpa sobre todo de su ópera prima. Historia sacrosanta del rock.