Si la sofisticación, la elegancia y un relativo halo de misterio, tienen un paradigma dentro del panorama pop independiente de los últimos años, dicho título honorifico debe pertenecer a los chicos de The Raveonettes, un hecho que reafirman una vez más con su nuevo trabajo, “Observator”, el séptimo de su discografía particular, si atendemos a los álbumes grabados por parte del dúo nórdico que únicamente contienen material original e inédito.
Un trabajo de sentido radicalmente inverso a lo que fue la idea inicial que planteaba hacer de este “Observator” un disco de pop relativamente distorsionado y luminoso, al que los problemas de salud de Sune Rose Wagner han acabado por convertir en un acertado compendio de canciones cercanas a los tonos grisáceos casi negros, en los que el desamor, abandono y soledad aparecen como temas fundamentales de unas composiciones en las que es fácilmente reconocible aquel espíritu primigenio de The Raveonettes, ese que unía a la perfección elementos propios del noise, la intensidad de bandas como The Velvet Underground y guiños inequívocos que hacían pensar en los grupos de chicas de los años sesenta, aquellos que con tanto acierto produjo Phil Spector como era el caso de sus amadas The Ronettes, para el que han contado con la acertada co-producción de Richard Gottehrer, dando un paso atrás en una labor que la propia banda había acometido en sus últimas obras.
El disco se abre de la mejor manera posible con “Young and Cold”, un corte de relativo cariz minimalista capaz de transportarte al interior del universo musical de The Raveonettes, donde las voces de Sharin Foo y Sune Rose se empastan a la perfección para dejarte literalmente helado a base de puro sentimiento.
A partir de ahí discurren una serie de composiciones notables entre las que destacan canciones innegablemente bellas y evocadoras como “The Enemy”, obsesivamente trepidantes al estilo de “Sinking with the Sun” o “Downtown”, y alguna otra que solamente pueden ser calificadas como abrumadoras en su grandeza, “She Owns the Streets”, sin duda alguna de una de las mejores canciones de lo que va de año, y “You Hit Me” (I´m Down), enorme pero un par de escalones por debajo de la anteriormente citada.
No faltan tampoco a lo largo del minutaje cortes que podrían pasar más desapercibidos de no ser por el oficio que muestra la banda, algo que ocurre con “Curse the Night”, donde The Raveonettes tiran de efectismo al dotar de un descuidado protagonismo a la delicada voz de Sharin Foo, logrando elevar con un par de arreglos la categoría de una canción bastante repetitiva en sus estructuras.
La valoración final de “Observator” no puede ser más positiva, al representar el enésimo paso adelante de una de las bandas con más carisma y calidad de todas las que pasean palmito por el panorama actual. Uno de esos grupos que está forjando su leyenda poco a poco y que sabe unir a la perfección elementos musicales alejados y de épocas diversas para facturar con inusitado acierto grandes composiciones pop, logrando imprimirles un toque de sofisticada decadencia que ha acabado por convertirse en su principal signo de distinción.
Por: Javier González/javi@elgiradiscos.com