Desde que Hola a todo el mundo (HATEM)
apareciera en el panorama nacional hace algo más de cinco años, todos aquellos
que hemos escuchado sus canciones, asistido a sus conciertos o leído sus
entrevistas, hemos percibido que hay algo onírico, mágico y original en ellos.
Tras un gran disco de debut
homónimo (2010), que sirvió de carta de presentación, así como un sorprendente EP
el año anterior (“Estela Castiza”),
llega ahora a nuestras manos su segundo LP, “Ultraviolet Catastrophe”, un trabajo de diez canciones que está
dispuesto a posicionarse como uno de los mejores álbumes nacionales del año.
A priori, cuatro son los
principales cambios que percibimos. En primer lugar vemos la vuelta al inglés
tras el (exitoso) experimento realizado en su EP anterior. El segundo es que el
grupo se ha reducido a cuarteto (Ari,
Álvaro, Ana y Josh). El tercero
es que sus nuevas canciones se apoyan en sintetizadores, efectos de sonido,
guitarras eléctricas y voces modificadas (lejos en principio del folk melódico,
limpio y multi-instrumental de sus anteriores trabajos). Y el cuarto es que ya
no nos encontramos ante la alegría rebosante de su primer LP o la épica de su EP, sino que ahora nos invade un espíritu sopesado, maduro, melancólico y con
aire escapista, que trata de sustraerte de este mundo.
La inspiración del disco parte de un poema del escritor inglés Roy Tiger Milton; sin embargo, en lo musical, las influencias son múltiples (dream-pop, rock noventero, música experimental, música ambiental…), siendo el eclecticismo (a lo largo de su joven carrera) una de las etiquetas definidoras de HATEM.
La inspiración del disco parte de un poema del escritor inglés Roy Tiger Milton; sin embargo, en lo musical, las influencias son múltiples (dream-pop, rock noventero, música experimental, música ambiental…), siendo el eclecticismo (a lo largo de su joven carrera) una de las etiquetas definidoras de HATEM.
Encontramos así canciones de pop
electrónico que se pueden bailar (más hacia dentro que hacia fuera), con un
sonido expansivo y unas percusiones y teclados que marcan el ritmo y la melodía de
forma precisa.
El espíritu folk de su anterior
etapa queda aquí soterrado, despuntando únicamente (de forma clara) en “They won’t let me grow”. Desde el
principio, “Oh Lord tell them wind blows
fram from me”, encontramos que los sintetizadores, las baterías y los
efectos son el nuevo camino a seguir. No por ello tenemos la sensación de estar
ante una banda nueva. Las voces, melodías, sensibilidad y emotividad siguen intactas. De hecho, aunque el espíritu
electrónico nos acompaña durante todo el disco, se enfrentan a él desde
diferentes facetas; pues en “You know we
found new words” o “Youth time, least
brother and friends” encontramos ecos de la electrónica clásica de New Order o la vertiente ambiental de Bon Iver, “And a just man howls” o “I’ll
return over Gloria” poseen un carácter más abierto y rítmico (sin pisar
tampoco fuerte el acelerador) más cercanos a Delorean o a unos narcolépticos Two Door Cinema Club y “They
took me to the top of the mountain”, “Come
to my head” o “Your reason a place in
the North” vadean caminos experimentales abiertos por Beach House, Band of Horses
o The xx. Incluso encontramos
influencias del pop-rock británico de los noventa (“To my tender love”).
En definitiva, un cambio que
demuestra la calidad, originalidad y tremendo saber hacer de los madrileño
HATEM, que con "Ultraviole Catastrophe" prometen no dejar a nadie indiferente.
Rubén López Sánchez /
ruben@elgiradiscos.com