Entrevista Zahara

“Para mí la música es algo muy serio, es algo muy importante”
La conversación que da texto a esta entrevista tuvo lugar el lunes 27 de junio. Justo el día después de que Zahara pusiera punto y final a su Fabulosa Historia en Madrid. Con la resaca de los últimos aplausos la cantante andaluza nos atiende. Nos emplaza a media tarde en una zona céntrica. A la hora en el lugar. Nos sorprende una pequeña y llamativa chica rubia que aparece desde el interior de un portal. El sol prende las calles de Madrid mientras Zahara cierra la puerta con cuidado y sonríe. Desde el primer momento muestra una cercanía, una confianza y una sencillez fuera de lo común. Durante la conversación analiza su pasado con la mirada clavada en el futuro. Reflexiona de los errores con la calma y el equilibrio de quien ha aprendido y madurado. Brilla un aura de ilusión cuando se trata del futuro y su próximo disco. Han cambiado las cosas. Ha tomado una decisión y va apostar por la mejor opción, ser ella al 100%, con todas las consecuencias. Zahara y nada más.



Punto final de La Fabulosa Historia

No era un fin de gira cómo tal. Precisamente como no ha habido un fin de gira ha sido un regalo para los seguidores que han estado más pendientes de todo y a mí misma. Una fiesta intima. Para mí era muy importante ver que ya no había singles, ni promoción y a pesar de que la gira con banda iba acabando, la gente seguía yendo a mis conciertos y mantenían la demanda. Gracias a ellos continúe un año con los acústicos.

El mayor estímulo

Eso es lo que más me ha mantenido este último año. El otro día, el sábado en el Búho, una chica se acercó después del concierto y me dijo “Si alguna vez por lo que sea te desanimas o te vienes abajo y decides dejar de tocar, piensa que hay gente como yo, que he venido desde Sevilla después del trabajo sin dormir a verte y, vuelvo después del concierto en un autobús para seguir trabajando” Cuando me planteé hacer estos conciertos pensé en un lugar que pudieran ir de todas partes y que estuvieran cómodos. Ese sitio era el Búho. Lo anuncié en la web de los fans y en sitios así más privados, porque quería que las entradas fueran para ellos. Ayer miraba a la gente a la cara y veía a gente de Zaragoza, de Valladolid, de Valencia, de Burgos, de todos sitios. Gente que se había comprado las entradas con mucha antelación y, sé que la gente que me tiene más cariño le gusta verme así. Además, estar a medio metro es más bonito.

Adios Chica Pop

Ayer Alfonso y yo estábamos mirando el reportorio, escogiendo las canciones que íbamos a tocar y pensábamos que Chica Pop nunca la volveríamos a tocar. Cuando salga el próximo disco habrá canciones nuevas y algunas viejas no entrarán en el repertorio de los conciertos. Llevamos seis años tocándola y estamos hasta las narices de Chica Pop. Ayer con la cosa de que era la última vez de pronto la tocamos con muchísimo cariño. Salió mejor que nunca del feeling que tuvimos. Terminamos mirándonos como si nos dijéramos “¡Qué pena! vamos a volver a tocarla” De pronto nos encantó. Fue como en el último momento de una ruptura cuando recuerdas las cosas buenas y bonitas y piensas “Pero si es muy mono” aunque tienes que dejarlo pasar.

Haciendo balance de la etapa

Con este disco me he hecho mayor. Es como cuando llegan los reyes y eres un niño, te flipan y estas deseando que lleguen. El año que descubres que los Reyes no existen es horrible, una mierda. Luego vuelves a recuperar la ilusión, pasan unos años y empiezas hacer regalos a tu madre, rompes la hucha y le compras un monedero en el chino a tu abuela y eres como la persona más feliz del mundo. Pero hasta que llega ese momento y lo vuelves a disfrutar pasas unos años de decepción muy grande. A mí me ha pasado eso. Yo llegué al disco así, como a la noche de Reyes. Era lo que estaba esperando, era lo que quería, me apetecía tanto. Llevo muchos años renunciando a muchas cosas por dedicarme a la música. Para mí la música es algo muy serio, es algo muy importante. Cuando ves que la gente llora y ves que les remueves cuando tocas una canción, o gente que te cuenta que viene desde tan lejos solo por verte, estas cosas te colocan en otro lugar. Me doy cuenta de que lo que hago de alguna manera trasciende, aunque sea a una persona, pero trasciende. Entonces te implicas más aun y quieres aprender a cantar mejor, a componer mejor, quieres sonar mejor, que la gente esté cómoda en los conciertos. Y cuando las cosas que tú no controlas empiezan a fallar es como un mecanismo de reloj gigante que tiene millones de piezas minúsculas, algunas de ellas se empiezan a caer y todo falla. La sensación que me quedó fue “¿Dónde está todo lo que hago? ¿Dónde está todo mi esfuerzo? Si no hay nadie que tire con él, si al final estoy sola” Me han montado una fábrica de puta madre y ahora que me empiezan a fallar las piezas no envían a nadie a arreglarlas. ¡Se me cae la casa! Es una metáfora que creo que hace que se entienda perfectamente todo lo que ha sucedido con esa discográfica enorme que me había puesto esas piezas tan monas para que me moviera. Me desencanté tanto con todo que todo era como “Puff esto es una mierda, no quiero jugar más” Pero ahora, sin embargo, estoy en el momento que ya quiero hacer el regalo a mi abuela.

Recuperando la ilusión

Sí porque ahora lo quiero hacer yo todo. Sé qué canciones quiero grabar, cómo lo quiero hacer, con quien lo quiero hacer, lo tengo todo muy claro. No voy hacer caso a nadie salvo a mi banda. Estoy un poco con taquicardia precisamente por llevar toda la responsabilidad.

He vivido cosas muy buenas. Lo que sucede es que venía de una racha tan oscura, pero de oscuridad real. Mucho desencanto. Las cosas buenas no las veía ya, se me habían olvidado. Solo tenía presente la rabia y el cabreo. De hecho he escrito tantas canciones de mala hostia… Yo pensaba que estaba haciendo un disco melancólico al principio, pero ahora que lo tengo maquetado cuando lo escucho me doy cuenta de que no he hecho un disco en el que me compadezca “Ay pobrecita” sino que es un disco de “Que te meto”.

De todo se aprende. Ahora que tengo un máster en relaciones con la industria discográfica si alguien tiene alguna duda que me pregunte. Por desgracia he aprendido a base de palos, pero he aprendido.

Superación y Adelante

El año pasado me coincidió un poco todo, fue un desencanto general. Me fallaron los tres pilares fundamentales de la vida de cualquier persona. No tenía las riendas de mi carrera, no controlaba mi vida sentimental y estaba muy débil, enfermaba continuamente. Si solo te falla el trabajo pero estás enamorada tiras adelante, si te falla el amor pero eres una adicta al trabajo como yo pues continuas, pero si se junta todo... Si te desenamoras de la discográfica, te desenamoras de tu amor y encima te fallan las fuerzas… es muy complicado.

Ahora estoy muy bien. Lo mejor es seguir. Hubo un momento en el que me faltaron las fuerzas, me dije “Bueno Nena, piensa en lo que quieres”. Es decir, sigue haciendo canciones que tienes una banda que quiere tocar que tienes ganas de que pasen cosas. Por ejemplo recibía mails de mi técnico de sonido que me preguntaba que cuándo hacíamos conciertos, que quería tocar. Cuando yo estaba sola con los acústicos ellos estaban ahí esperando para hacer cosas. Ahora es un momento increíble, llego con los temas nuevos y a la banda les flipan, les encantan, los tocan superbién y estoy como loca por grabarlos y tocarlos en directo.

Noches inolvidables

Mi Top One fue en Zaragoza, un acústico. En octubre me puse mala, pille una bronquitis bestial estuve un mes muy mal, tuve seis conciertos y cancelé cuatro. Uno de ellos, aunque llevaba dos semanas mala, decidí hacerlo. Entonces tomaba un medicamento fortísimo que contiene codeína. Es sedante y estaba colocada. Di todo el bolo colocada de codeína. No recuerdo nada pero me subí al escenario contando que estaba mala y cuando empecé el primer tema llevaba veinte minutos hablando. La gente se estaba partiendo el culo, nunca nadie se había reído tanto en un concierto mío. Puedo decir que molé mogollón porque no era yo. El concierto duró dos horas y toqué doce temas.

Otro genial fue en Valencia con banda, que fue alucinante. A veces te preguntas porqué es bueno un bolo, ¿por cómo tú toques o por cómo está la gente? Y siempre es por la gente. Si la gente está guay tú lo haces de puta madre, da igual lo que te equivoques. Un concierto es algo muy sexual, es comunicación absoluta. Tú estás con una persona y te transmite cosas, curiosidad, deseo… Pero cuando trescientas personas sienten lo mismo eso te llega de manera bestial. Y aquel día la sala irradiaba amor. Fue el concierto perfecto. En las canciones más animadas la gente participaba cantando, bailando, con palmas, en temas más íntimos la gente se callaba y había un silencio increíble. Hubo una comunicación y una conexión genial. En este caso era amor, pasión… era todo lo que un concierto debe tener.

También otro genial fue en Granada el 12 De diciembre. Fue en la Copera y fue gente de todas partes, incluso de Coruña que está a tomar por culo de Granada. Fue muy bonito. Cuando tocas y la gente responde… Hay veces que cuesta tocar de la emoción que hay. Si se junta la expectación con el cariño de la gente ocurren milagros, si solo hay expectación se genera mucha tensión, es como “Tengo que darte algo realmente bueno Nene”.

Tocar mola mucho pero un mal bolo te arruina la vida. El mundo de la música es muy frágil, juegas con el ego. Si te encuentras un público entregado es genial, cuando es neutro lo puedes encauzar y ganarte a la gente, pero cuando es frio…no traspasas ya hagas lo que hagas. Es como tratar de ligar con un tío al que no le interesas.

Critica

Al principio leía todo lo que salía sobre mí, como a ver en qué onda voy. Pero de pronto leía cosas que, por ejemplo, un pavo que se había quedado con la parte más superficial de la superficie, que a lo mejor le gustaba otro tipo de música y no había empatizado nada y decía unas mierdas gratuitamente… Yo pensaba “Yo no quiero esto, esto no me hace bien, no es constructivo” Puedo dar un bolo y que alguien de mi banda me diga “Tía ¿Qué te pasa hoy? has estado floja, no has afinado, la voz, la guitarra etc.” Yo pienso “Que hijo de puta” aunque le hago caso. Pero cuando alguien suelta “Es muy ñoña” Yo juego con las ñoñerías y soy la persona menos ñoña del mundo. Lo que molesta es en las cosas donde tú tienes dudas. Yo juego a la ambigüedad, me hago la tonta pero luego soy hiriente. Tengo canciones muy banales como Chico Fabuloso pero también hay canciones como Photofinish, Funeral o Con las Ganas que son más complicadas. Me hacía mucho daño el ver que se quedaban en la cursilada y no veían más allá.

Ricky Falkner

Ricky es de mis pocas personas, todo el mundo tiene pocas, pues él es una de mis pocas. Y me encanta, lo adoro y le quiero muchísimo. Yo siempre quise hacer un disco con él pero Universal no lo vio. Al final, me dieron el premio de consolación de que hiciera cuatro temas del disco. Que luego fueron tres, porque Piscinas de Verano se grabó pero no salió en el disco, se regaló en internet. Ahora el disco lo voy hacer con él y con la banda tocando en directo. Lo que siempre he querido.

Próximo Disco

Es un disco de desilusión. Creo que es muy honesto, está compuesto en un momento en el que no he ocultado nada. Cuando haces una canción y hablas de algo muy íntimo tratas de que la canción hable de más cosas, que sea más ambiguo, más universal. Utilizas metáforas que solo pueda entender una persona. Y con este disco hay momentos de tanta honestidad que son muy sencillos, muy directos. Y otros que hablan de cosas tan complejas que no serán temas de una escucha.

Futuro

Cuando salió la Fabulosa Historia yo pensaba que no iba a gustar el disco porque no se parecía a lo que a la gente le gusta de mí. El disco tiene un punto de frivolidad que no se parece a lo que yo soy de verdad. Eso lo tenía muy presente. En este momento he decidido todo. No he tenido que negociar el repertorio con nadie. Es como “Este tema es raro ¿no?” pero es que ese tema tiene que estar ahí, es necesario para que se entienda el total del disco, forma parte de la historia y va a estar ahí. Ahora si no le gusta a la gente da igual porque voy a dormir muy bien haciendo algo que es de verdad, de verdad absoluta. Y si me equivoco me equivocaré yo. Creo que a la gente que me conoce por lo que soy, le gustará, porque verá eso de mí que sintió que no tenía el otro disco.

Texto: Iván González
Foto: Zahara